— Venga Ámbar, levanta, prometiste que íbamos a salir de fiesta, ¡y ya son las diez y media, va! — Se quejó Becca, a la vez que me tiraba de los brazos para levantarme de la cama.— Eso, si me quedo más aquí se me va a correr el maquillaje, levántate de una vez. — protestó Stacy, mientras se retocaba el maquillaje.
— Si os queréis quedar aquí y ver unas pelis, por mi bien. — Sonrió Luca, aunque rápidamente se le borró cuando Stacy y Becca le fulminaron con la mirada a la vez.
— Que ya voy, que pesaditas, y yo no te he prometido nada, Becca. — mascullé entre dientes mientras me encaminaba hacia el baño.
Presenté a mi equipo del hospital y a Becca hace ya un año, se hicieron superamigos, y ahora, cada vez que íbamos de fiesta, terminábamos yendo los 4 juntos. Deje que el pelo ondulado me cayera hasta la parte baja de la espalda y me puse un vestido dorado largo, que según Becca, resaltaba mi piel bronceada. Aún hacía frío, así que me puse una rebequita de pelos blanca. Cogí mi pequeño bolso. Me maquille y salí con ellos.
Stacy iba con un vestido corto rosa fosforito, le quedaba genial y le resaltaba los ojos azules.
Por otro lado, Becca iba con un vestido azul que le llegaba hasta las rodillas, con el que parecía una princesita.
Luca iba simplemente con unos vaqueros y una camisa, con el pelo peinado para atrás.
Salimos todos juntos y nos dirigimos hacia la discoteca.
***
—Yo un Roncola por favor. —Pedimos nuestras bebidas, Luca se pidió un Mandarina Blast, Stacy un Sex on the beach y Becca un Bloody Mary y yo un Roncola.
— Marchando.
Les puse al día sobre lo de Leo, aunque Becca ya lo sabía.
Todos opinaron lo mismo: Que era un gilipollas.
Yo no podía llamarle así, después de cuatro años, no creo que me haya sido infiel.
Después de terminarnos las bebidas, nos quedamos un rato charlando, hasta que Stacy se levantó para bailar, Luca le siguió y Becca no fue menos.
—¿Vienes? Venga anímate — Dijo antes de que pudiera responder. Me agarró de las muñecas y me llevo a la pista de baile. Nos lo pasamos genial, bailando riendo, como si estuviéramos solo nosotros. Estaba moviendo las caderas al ritmo de la música, cuando abrí los ojos y me encontré con unos azules, como el cielo de noche, oscuros. Me resultaron familiar, pero antes de que pudiera enfocar la mirada, Becca me agarró la cara con las dos manos, chillando.
— Ámbar, ¡nuestra canción! I don't know, it's just something about ya
Got me feelin' like I can't be without ya. Anytime someone mention your name. I be feelin' as if I'm around ya. Ain't no words to describe you, baby. All I know is that you take me high. Can you tell that you drive me crazy? 'Cause I can't get you out my mind
— Think of you when I'm goin' to bed. When I wake up, think of you again. You are my homie, lover and friend. Exactly why.
— You light me up inside. Like the 4th of July. Whenever you're around. I always seem to smile. And people ask me how. Well you're the reason why. I'm dancing in the mirror. And singing in the shower
Tocó el estribillo y empezamos a saltar con nuestros brazos hacia arriba. Esta canción la llevábamos escuchando toda nuestra infancia, y nos traía recuerdos. Me lo estaba pasando en bomba, cuando me vibró el móvil, vi que era Leo, a sí que me excuse y fui al baño.
—¿Sí?
— Hola Amor... Este, eh... ¿Podrías venir al casino The Euphoria? Es urgente, ven rápido por favor. — Sonaba muy nervioso, me podía imaginar la sonrisa nerviosa que le sale siempre cuando se metía en algún lío.
— ¿Esta todo bien?
— Sí, claro está todo bien, tú solo ven rápido ¿Vale?
Y colgó. ¿Qué le pasaba últimamente? Desde que me dijo lo de conocer a sus padres está actuando raro. Bueno, supongo que estará liado. Él todavía vivía con sus padres, aun teniendo 2 años de diferencia, él tenía 21 y yo 19.
—Me tengo que ir.
— ¿Qué? Estarás de broma. — Pregunto Becca.
— Sí, es Leo, que me dice que vaya al casino. — Todos sabían de qué casino hablaba, era el más popular de la ciudad. Donde hombres y mujeres apostaban sus negocios.
— Joder vale. — Se frotó las sienes— Si pasa cualquier cosa, llámame, ¿vale?
— Sí. Diles a los demás que me voy. — Me disculpe con la mirada y me despedí con la mano.
Me encamine rápido hacia el casino, estaba preocupada.
***
Cuando llegue ahí, abrí la puerta con las prisas, estaba vacío. Eran las cuatro de la mañana. Busque a Leo con la mirada. Ahí estaba, en la mesa de juego. Se pasaba las manos por la cara. Todas las fichas de ruleta estaban a la otra punta de la mesa, en su parte no había ni una ficha. Cero.
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El favor que me prometió
RomanceÁmbar es una cirujana que trabaja en el hospital más famoso de la ciudad. Una noche, al acabar su turno, vio a un hombre herido que confundió con un gatito. Ella, al ver que era un hombre, se apresura a curarle la herida de bala, salvándole la vida...