" EL BOSQUE "
13.05.2024 , azul's point of view
Salgo de rendir con el exámen en una mano y el celular en la otra, sonriente. Estudié mucho para aprobar y así había sido; me había sacado un 9,75.
Apenas pongo un pie en la calle puedo divisar el auto de Ivo mientras él esperaba apoyado en el capó.
— ¿Y, cómo te fue? — Pregunta, depositando un beso en mi mejilla.
— Nueve setenta y cinco — Sonrio subiendo al auto luego de que él abra la puerta del acompañante, permitiendome subir.
— Amerita una merienda de celebración — Propone y nos dirigimos hacia una confitería en el centro. Son casi las cinco.
Llegamos al lugar, tomando asiento al lado de un ventanal y escaneamos el QR que nos permitía ver la carta. Nos decidimos por dos cafés con leche con tostados de jamón y queso.
— A las siete juega el lobo — Paro de revolver el azúcar recién echada en el café y lo miro, elevando una ceja — ¿Venis?
— O sea que la merienda era un soborno para que te acompañe a esa canchita.
Él se ríe — Daaale — Dice alargando la "a". — Veni conmigo.
Lo pienso un momento, las únicas veces que había pisado el Zerillo había sido cuando eramos novios y no lo había pasado mal, pero se sentía cómo una traición a Estudiantes.
Además, Ivo me había acompañado a rendir el parcial que era muy importante para mi, yo podía acompañarlo al partido. Estábamos a mano
— Bueno, dale — Acepto y él eleva las cejas, sorprendido. Su gesto rápidamente fue reemplazado por una sonrisa.
Llegamos al estadio unos 15 minutos antes de que empezara, si bien no estaba lleno, había bastante gente. Entramos por el acceso a los palcos y nos quedamos en uno de ellos que era para dirigentes y jugadores. En él había dos compañeros de Ivo que también estaban lesionados y un grupo de hombres de traje que reconocí cómo dirigentes del club.
El partido transcurrió sin mucha emoción hasta el minuto cuarenta, cuándo gimnasia anotó el primer gol.
— Puro culo — Digo en voz baja, cruzandome de brazos — Están jugando horrible.
Ivo suelta una carcajada y pone su mano en mi pierna
— ¿No era que lo importante es ganar, ganar y ganar? — Sonrió, sabe que soy una persona extremadamente bilardista que lo único que le importa es ganar y lo usa a su favor.
Pocos minutos después de que empezó el complemento, el uruguayo Abaldo decretó el 2 a 0 a favor del local. Ah no, lo de Velez es increíble, contra nosotros fue más que el bayern munich y contra gimnasia es peor que un equipo de la B metro.
El partido terminó 3-1 y el Bosque era una fiesta, tanto los jugadores como la hinchada festejaban un gran triunfo. El único gol de Vélez lo había hecho Mati Pellegrini, el ex Estudiantes.
Aunque quería que ganara el equipo de Liniers, estaba feliz por Ivo. Su amor por Gimnasia era tanto cómo el mío por Estudiantes y no podía evitar alegrarme cuándo al Lobo le iba bien — excepto cuando jugaba contra nosotros — sabiendo que Ivo estaría feliz.
Descubrí que la paso muy bien en su compañía y podría estar siempre ast. Llevamos hablando algunos días pero entablamos una muy linda relación, reconectamos al instante y siento que es todo lo que necesitaba y me hacia falta: interés, atención y alguien que me priorizará.
Bajamos del palco apenas el árbitro marca el final del encuentro porque Ivo quería saludar a sus compañeros, nos metemos en la zona de los vestuarios y aunque me sentía bastante fuera de lugar, rápidamente pude ver a Mati. Nos conocíamos desde hace bastante y en su momento habíamos sido muy amigos; aunque nuestra relación se haya desgastado por la distancia cuándo él se fue a jugar a Estados Unidos, el cariño seguía intacto.
— ¡Mati! — Murmuro alejándome un poco de Ivo mientras el habla con los jugadores. Matías se da vuelta y de inmediato esboza una sonrisa, acercándose para saludarme.
— ¡Azu! ¿Que haces acá? — Pregunta con una sonrisa e inclinó mi cabeza hacía dónde estaba Ivo. — Yegua, ya no me contas nada.
Ambos reímos y dejamos pasar su comentario — ¿Que onda, cómo andás?
— Bien, bien — Hace un movimiento con la cabeza que acompaña sus palabras — Acá andamos. No te vi el domingo, felicitaciones.
— Gracias — Sonrió con las manos en mis bolsillos al recordar la final, aunque Mati haya salido subcampeón, sé que igual estaba feliz por su fanatismo hacia el pincha. — Hiciste un partidazo hoy eh, a ver cuándo te das una vuelta por City Bell.
— El Dt no me quiere — Se encoge de hombros con una sonrisa melancólica — Si fuera por mí, iría hasta de utilero.
— Igual sabes que las puertas del country están siempre abiertas. Es tu casa. — Compartimos sonrisas mutuas y escucho a Ivo llamarme, sus compañeros ya se habían ido. Desde su lugar, mueve su mano saludando a Mati y él le devuelve el saludo con una sonrisa. — Bueno amigo, me voy. Después arreglamos y nos juntamos con los chicos a comer algo ¿Te parece?
Él asegura que va a mandarme mensaje para que nos juntemos en cuánto tengamos un tiempo libre, así que lo despido con un abrazo y vuelvo con Ivo, tomando su mano y caminando hacía la salida.
— Hace mil años no veía a Mati — Sonrió y él imita mi acción, con la nariz roja por el frío.
— Es un tipazo ese pibe. La rompió hoy, lastima que es Pincha, si no lo re contra trai' — Su tono gracioso no tarda en aparecer, provocando nuestras risas y aprieto su mano aún más fuerte, aferrandome a él.
De inmediato, mi subconsciente me traiciona y me hace pensar en Matías, me hace pensar en cómo hubiera sido esa misma situación con él; seguro se hubiera puesto celoso y hubiera hecho un berrinche cómo con Nicolás. Para Ivo, mi felicidad es la suya, y eso es lo que me daba la certeza de que estoy eligiendo bien.
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end game , matias mansilla
Fanfictionen una ciudad donde el fútbol es más que un deporte, donde los colores de un club representan pasiones y lealtades inquebrantables, surge una historia de amor que desafía las convenciones. Matías, el arquero de Estudiantes de La Plata, se encuentra...