Capítulo 27

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Shoto observaba de reojo las manos de Katsuki aplastando el volante con fuerza. La tensión en el coche era evidente, y aunque no sabía qué era lo que había provocado ese estado en Katsuki, estaba seguro de que algo no iba bien. Se quedó callado, perdido en sus pensamientos por unos momentos. Tal vez había llegado tarde y eso había molestado a Katsuki. Sí, seguramente era eso. Agachó la cabeza y suspiró.

—Lo siento —murmuró finalmente, apretando las manos sobre su regazo.

Katsuki frunció el ceño y desvió su mirada hacia Shoto.

—¿Por qué demonios te disculpas? —inquirió.

Shoto levantó la vista, confuso y un poco nervioso.

—Yo... ¿No estás enfadado porque llegué tarde? —preguntó en voz baja.

Katsuki resopló, su ceño fruncido aún más, pero luego dejó escapar un suspiro.

—No digas estupideces —replicó, aunque esta vez su tono era más suave— No estoy molesto contigo.

Shoto parpadeó, desconcertado.

—¿Entonces...? —dejó la pregunta en el aire, esperando una explicación.

Katsuki desvió la mirada, sus ojos fijos en el camino frente a ellos. Después de unos segundos, tomó una profunda respiración y giró su cuerpo ligeramente para mirar a Shoto.

—Sólo me he molestado un poco por una cosa —dijo finalmente— No es importante.

—¿Estás seguro? —preguntó.

Katsuki asintió y luego extendió una mano para tomar la de Shoto, entrelazando sus dedos.

—Seguro —dijo con un tono mucho más suave— No te preocupes por eso, no tiene nada que ver contigo.

Shoto asintió con la cabeza y se sintió un poco más tranquilo, pero tenía la sensación de que Katsuki le estaba ocultando algo. Había algo en la mirada de Bakugo que no le cuadraba, como si le estuviera guardando un secreto. Aunque quería saber qué era, decidió no decir nada más.

El viaje hacia el centro comercial no era muy largo, apenas unos quince minutos desde la academia. Mañana tenían planeado ir a casa de los padres de Bakugo, así que para hacer las cosas más fáciles, decidieron empacar una maleta con lo necesario y pasar la noche en casa de ellos. De esta manera, podrían ahorrar más tiempo al día siguiente.

Llegaron al estacionamiento y Katsuki aparcó en un lugar apartado. No quería arriesgarse a que alguien rayara su coche.

Salieron del coche y se dirigieron a la entrada del centro comercial. Katsuki se tomó un momento para asegurarse de que había cerrado correctamente el coche antes de seguir a Shoto. Al cruzar las puertas automáticas, Katsuki arrugó la nariz al ver a la multitud de personas que había. Se acercó a Shoto y tomó su mano.

—¿Tal vez deberíamos venir otro día? —preguntó Todoroki, observando a su alrededor con una ligera preocupación— Hay mucha gente.

Katsuki lo miró un momento, Shoto estaba muy emocionado por venir, y él tampoco quería desaprovechar la oportunidad de pasar un buen rato juntos.

—¿Querías venir hoy, no? —respondió Katsuki, apretando suavemente la mano de Shoto— Asegurémonos de disfrutar la tarde.

Todoroki sonrió internamente. Se dirigieron hacia la planta superior, donde se encontraba la sala de recreativos.

—No jodas —masculló Bakugo cuando vio la gran cantidad de niños y adolescentes que había en la sala.

—Podemos venir luego —sugirió Todoroki— Vayamos a las tiendas.

Perfect [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora