Perfect [BakuTodo]

Capítulo 28

—Katsuki, no podemos hacerlo aquí —dijo Shoto preocupado, apretando suavemente los hombros de Bakugo— T-Tus padres están abajo.

Bakugo soltó un gruñido bajo, sin dejar de besar la clavícula de Todoroki.

—Están en la maldita cocina —murmuró Katsuki, mientras deslizaba lentamente la camisa de Shoto por sus hombros, dejándola caer al suelo— No se darán cuenta si no haces mucho ruido.

Shoto trató de apartarse un poco, su rostro estaba completamente sonrojado, y su respiración se volvía cada vez más agitada. Bakugo lo conocía a la perfección, y sabía que, con lo ruidoso que podía llegar a ser, sería prácticamente imposible que no lo escucharan.

—Kats... —susurró Shoto, intentando razonar con él.

Pero Bakugo no estaba dispuesto a detenerse. Sus ojos brillaban con deseo mientras sus manos recorrían con ansias el torso desnudo de Todoroki.

—Me importa una mierda si se enteran, Icyhot —dijo Bakugo con voz ronca, acercando su rostro al del bicolor hasta que sus labios casi se rozaron— No voy a parar ahora, no cuando estamos así.

Shoto abrió la boca para protestar de nuevo, pero antes de que pudiera decir algo, un fuerte golpe en la puerta los asustó a ambos. El corazón de Shoto dio un vuelco cuando escuchó la voz furiosa de Mitsuki desde el otro lado de la puerta.

—¡BAKUGO KATSUKI! —gritó su madre.

Katsuki maldijo en silencio mientras ayudaba a Shoto a bajar del mueble del baño, donde lo había sentado momentos antes.

—¡¿Qué mierda quieres, bruja?! —exclamó Bakugo, ayudando a Todoroki a ponerse de nuevo la camisa que antes le había quitado con tanta prisa.

—¡Tu padre y yo os estamos esperando abajo para comer! —respondió Mitsuki— ¡Más os vale bajar ahora mismo y dejar de hacer esas cosas indebidas!

—¡Ya vamos, maldita sea! —gritó Katsuki de vuelta, intentando arreglar el cabello desordenado de Shoto con manos apresuradas— ¡Y no estábamos haciendo nada de eso!

—¡Como si te creyera, mocoso mentiroso! —replicó Mitsuki— ¡Bajad ahora mismo!

Los pasos de Mitsuki se alejaron por el pasillo, y Katsuki dejó escapar un suspiro de frustración mientras terminaba de arreglar el cabello de Shoto.

—Demonios —masculló.

(...)

Mitsuki miraba con una mueca de disgusto el chupetón en el cuello del pobre Shoto. Sabían que eran adolescentes y que tenían sus momentos hormonales, pero no le agradaba la idea de que hicieran eso justo en el baño de su casa.

Suspiró y dirigió su mirada hacia su hijo, quien en ese momento estaba sirviéndole comida al bicolor. No pudo evitar sonreír divertida al observar cómo Shoto le daba un suave codazo a Katsuki, murmurando que ya no quería más, que ya estaba lleno.

—Shoto, ¿te gustaría un poco de agua? —preguntó Masaru, notando que los labios y las mejillas de Todoroki estaban enrojecidos, probablemente debido a lo picante que estaba la comida.

—Sí, por favor —respondió Shoto.

Masaru se levantó para traerle un vaso de agua fresca, mientras Mitsuki lo observaba con una ceja levantada.

—Shoto, ¿no te gusta la comida picante? —preguntó.

—No suelo comer picante —admitió Shoto, esbozando una tímida sonrisa.

Mitsuki dirigió una mirada de indignación hacia su hijo.

—Mocoso, ¿por qué diablos no me dijiste que a Shoto no le gusta la comida picante? —preguntó con tono molesto— Si lo hubiera sabido, habría preparado otra cosa.