Capítulo 18

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—¿No vas a comer más? —preguntó Fuyumi.

Era sábado y toda la familia Todoroki estaba desayunando. Pero Shoto solo tomó un panecillo y se apresuró a ponerse los zapatos para salir.

—Iré a ver a Katsuki —avisó, con el pan en la boca.

—Podríamos ir todos juntos después —sugirió Enji, viendo a su hijo ponerse los zapatos— Son las diez, es temprano.

—No hace falta.

Agarró su abrigo y se fue cerrando la puerta de casa. Hacía un buen día, el sol brillaba con intensidad a pesar del ligero viento frío. Iba de camino al hospital, quería ver a Katsuki.

Luego había quedado con Midoriya para ir de compras, ya que los dos tenían tiempo libre y no sabían que hacer para entretenerse.

Se puso bien la chaqueta y comenzó a caminar hasta la parada de autobús, que no tardó mucho en llegar.

Tomó asiento al lado de la ventana, observando el exterior. Después de dos paradas, un chico ocupó el asiento de al lado suyo, lanzándole miradas furtivas.

—Perdona, ¿nos hemos visto antes? —inquirió con una sonrisa.

Shoto negó con la cabeza mientras miraba por la ventana, pero después de unos segundos volteó hacia el chico y se sorprendió al verlo.

—Vaya, pero si eres el chico al que le presté el paraguas —murmuró con asombro— Ya decía yo porque me sonaba tanto tu cabello. En fin, me llamo Hayashi Kaito, ¿y tú...?

—Todoroki Shoto —respondió.

—Un gusto, y disculpa otra vez por como te traté en la entrada del parque, en verdad estaba enfadado y fuera de sí —sonrió con nerviosismo.

—No pasa nada.

Kaito se quedó unos segundos observando a Shoto.

—Sé que no es de mi importancia, pero te veo triste, ¿todo bien? —preguntó.

—Si, no te preocupes, solo estoy cansado.

El chico frunció el ceño y sacó su teléfono móvil, mostrándole su número a Shoto.

—Estudio psicología —dijo— Si necesitas apoyo emocional, no dudes en contactarme. Estoy seguro de que puedo ayudarte.

Shoto se quedó mirando la pantalla de Kaito indeciso, pero luego decidió añadirlo en los contactos; se veía un buen chico y parecía más agradable que el otro día.

—De acuerdo, lo tomaré en cuenta.

Kaito sonrió al recibir la notificación de que Shoto había agregado su número. Se levantó de su asiento y se posicionó frente a la puerta del autobús.

—Me bajo aquí, nos vemos —hizo un gesto con la mano para despedirse.

—Adiós.

Shoto se bajó en algunas paradas más. Observó que había un flujo constante de personas entrando y saliendo del hospital, lo cual le pareció inusual ya que en sus visitas anteriores no había tantas personas. Sin embargo, no le prestó mucha atención y se encaminó hacia el octavo piso.

Saludó a la enfermera de recepción como de costumbre y se dirigió hacia la habitación de Katsuki. Las cortinas estaban descorridas y las ventanas abiertas, permitiendo que el aire fresco entrara. Inhaló y exhaló, acercándose a la camilla. Cada día la apariencia de Bakugo mejoraba gradualmente, y las vendas comenzaban a desaparecer. Sin embargo, aún conservaba varias alrededor del torso, ya que algunas heridas no estaban completamente sanadas.

Perfect [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora