Perfect [BakuTodo]

Capítulo 21

Katsuki golpeó la mesa con fuerza, llamando la atención de todos los presentes.

—¿Qué demonios te pasa por la cabeza? —le preguntó molesto a la chica frente a él— ¿En qué estabas pensando?

Camie apoyó los codos en la mesa y miró a Katsuki con una sonrisa juguetona.

—Estás llamando mucho la atención, Bakugo —dijo con calma.

Katsuki frunció el ceño molesto y la agarró del brazo para llevarla fuera de la cafetería.

Era sábado por la mañana y, como no tenían clases, le había mandado un mensaje a Camie para encontrarse en la cafetería al lado de la academia.

—Contéstame, maldita sea —exigió, soltándola bruscamente.

Camie se quejó por la brusquedad de Bakugo, pero no le molestaba, pues disfrutaba provocar al rubio de esa manera.

—Por tu maldita culpa, Shoto ahora no quiere ni verme, ¿es eso lo que querías? ¿Te divierte, verdad?

—No te pongas así —Camie se acercó a Katsuki y posó una mano en su hombro izquierdo— Fuiste tú quien le gritó de esa manera, así que más bien es tu culpa.

Katsuki la apartó bruscamente, visiblemente molesto.

—Eres una mierda de persona —le espetó, a punto de marcharse.

—¿Mierda de persona? —preguntó incrédula, deteniendo al rubio— Eso es lo que eres tú, Bakugo. ¿No te das cuenta del daño que le has causado a Todoroki? Ahora te odia, así que no digas que yo soy una mierda de persona cuando tú lo eres más.

Katsuki ignoró a Camie y se fue, dejándola sola.

Con paso acelerado, se encaminó hacia la academia, sintiendo aún el dolor en su cuerpo, especialmente en el abdomen. Maldijo en silencio mientras caminaba. Al llegar a la entrada de los dormitorios, ascendió rápidamente hasta el piso donde se encontraba su habitación. Se detuvo abruptamente al ver a Shoto parado justo frente a su puerta. Un nudo se formó en su garganta mientras se preguntaba qué debía decir o hacer en esa situación inesperada.

Tragó saliva y se acercó sigilosamente hacia el bicolor, notando que sus ojos estaban entrecerrados como si estuviera a punto de dormirse.

—¿Shoto? —susurró suavemente.

Shoto dio un respingo de sorpresa, mirando a Katsuki antes de tenderle una bolsa con algunas cajas adentro.

—Tu madre me pidió que te entregara esto. Son medicinas —explicó, desviando la mirada mientras el rubio lo observaba fijamente.

Al notar que Katsuki tomaba la bolsa, Shoto se apresuró hacia el ascensor para retirarse a su habitación, sin dejar hablar al rubio.

Bakugo apretó la bolsa en su mano y entró a su habitación, sacando su móvil para llamar a su madre.

—¿Por qué le pediste a Shoto que me dé las malditas medicinas? —preguntó inmediatamente cuando su madre contestó.

—Oye, mocoso, ¿qué estás esperando para hablar con Shoto?

—Eso no es tu pro-

—Oh, claro que lo es —interrumpió— ¿Vas a dejarlo así? Katsuki, por favor, no seas tan terco.

—¡No, demonios! —exclamó, dejando las medicinas en su escritorio— Shoto quiere que nos tomemos un tiempo...

—Es comprensible, después de lo que hiciste... mira el desastre que has hecho —suspiró pesadamente.

—Ya lo sé, no necesitas recordármelo.

—Shoto era el único que estaba en los dormitorios —explicó— Así que le rogué que te las entregara, le dije que podía dejarlas en la puerta de tu habitación.