La Gloria de la Primera Conquista

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(Este cuento pertenece al Ciclo Narrativo del Prisionero de Uránide).

El vaso se meció, y parte de lo que podía ser se quedó eterno. Levantó la vista mirando la información en la computadora ¿Qué mierda estaba pasando con estos casos tan extraños?

Parecían un ritual, un ritual aberrante y obsceno donde le habrían las entrañas para atraer a una criatura. Sin embargo, el ritual había fallado reiteradas veces. Xualer se levantó de su asiento y caminó hacia la ventana de su departamento.

Miró los edificios metálicos que se extendían hasta más allá del horizonte, elevados hasta tocar el cielo. Levantó su vista ¿El cielo, no se veía más oscuro de lo normal? Los nubarrones parecían más negros que nunca, pero la lluvia no estaba pronosticada.

Su teléfono sonó, se encaminó hacia él y vio quien llamaba, su mejor amigo Shara.

"Aló ¿Shara? ¿Qué pasó?"

"Hubo otro caso reportado Xua, te llamo para avisarte y que vayas ahí cuanto antes. Yo estaré a la brevedad allí."

Xualer apresurado tomó su abrigo y salió de su departamento, encaminándose hacia el exterior.

Al bajar, se subió a su auto y con su huella se encendió, llevándolo a la dirección que le había enviado Shara.

Llevaba una copia de los informes en su vehículo, pero no paraba de entender que estaban buscando, algo de la obscena magia que practicaban no tenía sentido.

Entonces se cuestionó a sí mismo:

"¿Por qué mierda estoy dándole tantas vueltas a que quieren hacer? Solo tengo una misión."

Pronto llegó hasta la zona y se bajó de su auto, caminó por la vereda y vio manchas de sangre en el suelo, tal parecía que venían de un callejón. Ya había un policía allí, se acercó a él.

"Señor, no puede entrar, es una zona restringida."

"Soy el detective Xualer, encargado de la investigación del caso del Culto de la Mano de Piedra, se me avisó que volvió a ocurrir otro incidente."

Xualer extendió la mano, y el policía verificó su identificación.

"Detective Xualer, mis disculpas. Por favor, el resto de la policía llegará a la brevedad, pase y examine la escena del crimen mientras si así lo desea."

"Gracias."

Comentó Xualer, mientras esperaba a Shara para conversar con él se adentró en la escena. El callejón largo permanecía con manchas de manos en las paredes, los cuatro dedos marcados en ellas era algo que ya había visto antes, un ritual. Habían palabras escritas en un idioma desconocido y símbolos, todo inscrito con sangre.

Se acercó al cuerpo, su abdomen había sido rajado desde el pecho hasta la parte baja, y sus órganos habían sido extraídos. Algunos insectos permanecían en la escena del crimen. Tomó la temperatura para comprobar cuanto tiempo llevaba muerto.

Tras examinar las generalidades, escuchó la siguiente patrulla llegar, y al voltear vio a Shara.

"Es demasiado tarde, debe llevar un par de horas muerto."

"Estos casos se están volviendo cada vez más sanguinarios y a vista del público, es aterrador como obra el culto."

"Ya no tienen miedo a represalias, algo está ocurriendo con ellos, se han vuelto no solo más públicos, incentivando el miedo, sino que sus rituales son cada vez más extraños, no sé que quieren llevar a cabo pero hay que detenerlos."

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