(Este cuento pertenece al Ciclo Narrativo de la Bestia Transgénica).
En la guerra entre Zabrelay y Mazarán, Hyle permanecía al este fue fuertemente protegida debido al foco central de comercio, pero más temprano que tarde terminó siendo asediada para abrirse hacia la parte central del país, tomar Hyle era tomar una de las ciudades más importantes y aunque no decidiría la guerra, sí ayudaría a acercarla a su final.
Los soldados avanzaron por Hyle, Mark escuchando a su jefe de pelotón mantenía la mirada centrada en los rincones abandonados de la ciudad que pronto se habían transformado en un campo de guerra.
Aun así, por alguna razón los últimos días se habían vuelto silenciosos en Hyle. Mark tenía un mal presentimiento, y sus compañeros también se mantenían algo nerviosos porque notaron que algo ocurrió ¿El enemigo les estaba tendiendo una emboscada? No estaban seguros, temerosos avanzaron a través de las calles manteniendo la vigilancia con drones desde el aire.
El vacío se perpetuaba en un hedor a sangre, a medida que avanzaban se sentían cada vez más inquietos hasta que encontraron una marca hecha en la pared. Aquel registro estaba escrito con sangre y era un símbolo que no lograban reconocer, no sabían a quien pertenecía.
Al verlo, algunos soldados sintieron como sus piernas temblaban, mientras que otros parecían algo aturdidos y desconectados. El jefe de pelotón decidió seguir el símbolo en la dirección en la que parecía desvanecerse.
Encontraron una puerta, y lo que parecía una mano marcada en ella, esta marca también estaba hecha con sangre. El hombre dio la orden a sus soldados para que se prepararan, pensaba que los enemigos estaban usando algún tipo de método con cadáveres para infundir el miedo en ellos, una técnica que consideraban ineficaz y que iba en contra de las leyes de la guerra.
Al entrar al edificio armados, moviéndose en posición y apuntando sin dejar ningún punto ciego vieron el horror. El piso era una laguna escarlata y en ella flotaban cadáveres pero no de soldados aliados ni civiles, eran cadáveres enemigos, desmembrados, mutilados, la escena fue tan horrible que algunos soldados vomitaron sin ser capaz de contenerse.
Tal acto, tan vil y atroz no había sido hecho por sus enemigos. Quienes acabaron con ellos lo hicieron inclusive aunque los enemigos estaban armados hasta los dientes. Por esa razón Hyle estaba de una forma inquietante, bastante más tranquila para ser un campo de guerra.
Cuando investigaron el lugar, encontraron unas notas de un soldado.
"El enemigo tiene un arma biológica ¿De dónde salió esa cosa? Nunca habíamos visto un animal como ese, rápido, ágil, de tal fuerza como para partir en dos a un hombre. Necesitamos refuerzos, la criatura es astuta y se ha camuflado en la noche para acecharnos..."
Aquel descubrimiento les sorprendió, el enemigo pensaba que tenían un arma para combatirlos pero ellos no sabían nada. Pronto, se escuchó a lo lejos una voz, reconocieron el acento, pertenecía a los soldados enemigos, estaba... ¿Pidiendo ayuda? Parecía algo triste y temeroso.
Los soldados se movieron a la siguiente habitación con las indicaciones necesarias, todos mantenían los nervios de punta después de todo lo visto. Al entrar allí vieron cuerpos apilados, todos en las mismas condiciones que el anterior y en la parte más alta lo que parecía ser un repugnante y asqueroso totem hecho con los cuerpos de sus víctimas.
La visión de los soldados al verlo se volvió borrosa y sintieron punzadas en la cabeza. Algunos embelesados por la imagen abominable se acercaron a él mientras que otros observaron las paredes y los símbolos inscritos, símbolos que no se parecían a nada que hubieran visto antes.
La puerta por donde venían se abrió de par en par, escucharon el sonido pero el único que volteó a ver fue Mark. Una parte de él se aferraba a un rosario que le había regalado su madre, lo tenía entre sus dedos y lo apretaba con fuerza.
Cuando se dio vuelta lo vio, estaba bañado de un color cristalino rojizo pero algunas partes de su dermis eran blancas. Apretó los ojos una milésima de momento y levantó su arma, disparándole al monstruo.
La criatura saltó sobre uno de sus compañeros y de un coletazo golpeó a Mark azotándolo contra una pared. Él aturdido y adorolido por el golpe soltó su arma, aterrado corrió hasta la siguiente puerta, lo único que hoyó tras de sí fueron los gritos de agonía de sus compañeros.
Entró a la siguiente habitación, agitado miró en todas direcciones. Tomó una silla y trancó la puerta, aun no satisfecho con ello movió un mueble grande dejándolo estático.
Lo más rápido que pudo intentó abrir la puerta hacia el exterior pero parecía que estaba trancada del otro lado ¿Por qué? Después de unos instantes las voces se silenciaron, Mark temió lo peor. Apretando el rosario entre sus manos golpeó la puerta intentando destrabarla.
La voz del soldado de nuevo, pidiendo ayuda. Su acento cambió, su timbre cambió, eran las voces de sus compañeros, pronto dejaron de pedir ayuda y empezaron a gritar, dolor, angustia, horror, los gritos entumecieron cada rincón de Mark, venían detrás de la puerta que trancó.
Cuando los sonidos volvieron a silenciarse Mark miró en todas partes apenas conteniendo el grito pero llorando, las lágrimas corrían por sus mejillas. Tomó una silla y rompió la ventana, sabía que el ruido lo atraería pero no podía arriesgarse más tiempo allí.
Al salir por la ventana, se cortó las palmas de las manos y aplastó su rostro contra el concreto. No sintió dolor alguno aunque su nariz se partió, se levantó dejando sangre en el piso y notó porque la puerta estaba trancada, había un cuerpo de un soldado enemigo detrás que impedía abrirla, o lo que quedaba más bien de él.
Mark corrió por un largo callejón hasta el final para escuchar las voces de sus compañeros nuevamente pidiendo ayuda, al llegar al final se dio vuelta y vio al Nocthemoth mirándolo.
La criatura pasó su lengua con forma de mano humana entre sus dientes, la ropa rasgada de los uniformes de sus compañeros delataba sus destinos pues yacía entre las encías de la bestia bípeda. Era él, las voces emanaban de su garganta, junto a esos apéndices que parecían querer escapar de él, eran al igual que su lengua manos.
Mark corrió por la calle y el Nocthemoth no lo siguió, pronto supo porque pues habían otros tres pelotones que estaban rondando la zona. Al verlo, no dudaron en atenderlo.
La criatura entonces observó la sangre de Mark en el piso y sintió su aroma, luego pareció emitir una pequeña risa que podría decirse era hasta macabra.
El Totem de "La Puerta":
La profecía escrita en la tierra habló de los Nocthemoth, herederos de la sangre de "La Puerta", destinada a enlazarse con la llave y traer el final de los tiempos a la creación. Tanto los Nocthemoth como las entidades "La Llave" y "La Puerta" son criaturas de cualidades desconocidas.No se sabe de donde aparecieron estos entes que yacían en las estrellas, sin embargo, algunos entes venidos de la Mansión del Caos han desvelado algunos conocimientos de estos seres. Se cree que las entidades conjuntas de "La Llave" y "La Puerta" forman un ser único, un Dios Lejano o Dios Exterior cuyas capacidades son incompatibles con la creación, esto lo lleva a involuntariamente destruir los universos que lo albergan obligándolo a separarse en dos entidades nuevamente.
El Totem es una ofrenda para este Dios Lejano, aunque las crías de los Nocthemoth si evolucionan lo suficiente serían capaces inclusive de devorar a "La Llave" y "La Puerta", hay un rincón del destino donde está escrito, con una letra muy pequeña que inclusive podrían devorar al Dios Exterior íntegro si tuvieran suficiente tiempo.
Aun así, los Nocthemoth por sí mismo ya son la encarnación de Dioses Jóvenes, no se sabe cual es su potencial en su máxima capacidad.
"Parece que algo intenta escapar del interior de ese monstruo. Solo existe una forma de clasificar a esa criatura, es lo más cercano a un Dios de Laboratorio que tuvimos la horrible decisión de crear, y ahora ellos andan sueltos por el mundo. No sabemos que atrocidades cometerán, solo quiero creer que no los veré nuevamente jamás."
Científico del Proyecto Simbiosis Géminis, Especimen Proto-XX.
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Sideralonía
TerrorEl monolito estaba ahí, el material del que estaba hecho había permanecido encerrado milenios, o inclusive más. La aleación de la piedra no era natural, pero existe desde antes del hombre ¿Cómo es posible? ¿Qué clase de artefactos y seres han cread...