005 - Miel caliente.

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NO g!p.


Se encontraba sacando el recipiente con miel recién calentada del microondas cuando Ryujin hizo acto de presencia en la cocina.

Yeji juzgó su obvio aspecto de recién levantada e ignoró el brinco que dio su corazón en el pecho al reparar en su melena alborotada.

"¿Qué hora es?" preguntó Ryujin con una voz todavía ronca que caló hasta la médula en Yeji.

"Por la mañana ya no, desde luego."

Ryujin puso los ojos en blanco y se apoyó en la bancada de la cocina, sin darle mucha importancia a la mirada prejuiciosa de la mayor.

"Qué sepas que no he estado haciendo el vago", le aseguró, delatando sus ganas de obtener su aceptación.

Yeji soltó una risa de nariz que Ryujin tradujo como un «sí, claro, seguro».

"En serio", insistió, aún frotándose los ojos. Sonaba ofendida, pero eso solo causó que Yeji dejara de remover la miel para mirarla con una sonrisa irónica. "Estuve trabajando hasta la madrugada en una discoteca".

"Por favor", comenzó a decir Yeji en un suspiro, tomando uno de los panes de mantequilla recién horneados para comenzar a cubrirlo de miel, "dime que tu trabajo no consiste en subirte a un pódium..."

"¡Qué no!" Ryujin se puso derecha y frunció el ceño, lanzándole a Yeji una mirada furiosa. "Solo sirvo, ¿a qué viene ese comentario?"

Yeji ésta vez trató de esconder su sonrisa mordiéndose el labio, pero no lo logró. Ryujin parecía muy espabilada de pronto, pero aún tenía los ojos algo hinchados y la mueca de enfado en conjunto se le hizo adorable.

"Bueno... Es que no sería la primera vez..."

"Gracias", escupió Ryujin molesta, lista para darse la vuelta. "Me esperaba algo más de ánimos por parte de alguien que se pasa la vida machacándome por lo que hago aunque no sea asunto suyo".

Resulta que Ryujin, la mejor amiga de su hermano mayor Hyunjin, era una muchacha que venía de una adolescencia complicada. Tanto su dura situación familiar como sus malos hábitos la habían llevado a liarla parda bastantes veces, así que Hyunjin había decidido ofrecerle una habitación en la que dormir en su apartamento con la condición de que comenzara a enderezar su vida y hacerse responsable de sus cagadas.

La chica estaba pasando por una fase de cambios bastante densa, ya que, por mucho que los cambios fueran positivos, le resultaba más difícil seguir las reglas y hacer lo debido que ser un desastre sin límites.

Además, Ryujin siempre había sido sensible en el fondo.
Y también la enfadica más grande y tierna que Yeji habia conocido en su vida, así que, nuevamente, le costó esconder su sonrisa.

No quería ser cruel con ella; tal vez, ésta vez, sería la vencida.

"Hey, no. Espera, Ryujin", Yeji la llamó con dulzura, demostrando arrepentimiento en su voz, y consiguió que se detuviera y se girara hacia ella. Le mostró un leve puchero, algo que había sido irresistible para Ryujin desde que eran niñas. "Perdona, no quería desanimarte. ¿Un panecillo?" Yeji le tendió uno con ojos de cachorrito, ampliando su sonrisa. "Vamos, ¿tregua?"

𝖲𝖧𝖮𝖮𝖳! ─ 𝖱𝖸𝖤𝖩𝖨 𝖲𝖬𝖴𝖳.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora