14. video

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"Donde Marcos y Enzo ven el video de ambos besándose"

Ya eran las ocho de la mañana, y aunque no lo quisieran, Marcos y Enzo debían levantarse. Enzo fue el que se despertó primero, así que para sorprender un poco a Marcos, intentó salir del abrazo que los mantenía juntos.

—Marcos, ay... Soltame —susurró Enzo, aún sabiendo que Marcos estaba completamente dormido. El susodicho sólo lo abrazó más mientras roncaba.

Enzo bufo un poco, e intentó separarse de una manera mas brusca, lo cual despertó a Rojo, que dormía como morsa pero tampoco tanto.

—¿Se puede saber por qué te tenías que separar? —fue el saludo enojado de Marcos.

Enzo lo miró con una sonrisita por la cara que estaba haciendo, aunque intente parecer enfurecido, estaba recién levantado, así que no le iba a salir.

—¿Qué mirás? —le dijo Marcos al ver cómo lo miraba.

—Lo hermoso que sos —susurró Enzo con una sonrisa. No pensaba tocar el tema de la noche anterior.

—Mi chamuyero favorito, vení, vení, dame un abrazo y besame, Pequitas lindas. —Enzo se sonrojó por lo que dijo Marcos, pero se subió sobre él y lo besó.

Marcos correspondió el beso. Aunque estaba feliz, cuando se separó de ese beso lo miró enojado.

—¿Me explicás ahora por qué me tenías que levantar? Estábamos durmiendo tranquilos de la vida —le dijo.

—Perdón, Mar —sonrió Enzo, dándole varios besos—. Pero ya son las 8 —murmuró contra su boca, dándole un beso largo.

—¿Y? —dijo Marcos durante el beso—. Si no tenemos que hacer nada.

—Creo que no —susurró Enzo, besando su cuello.

—Y bueno, vamo a dormir, Pequitas —le contesto Marcos tapándose hasta la cabeza con la sábana.

Enzo bufó y se acostó al lado suyo, pegándose a él para volver a dormir. Puso el despertador para dentro de unas horas y ahí sí se acomodó.

—Abrazame —le pidió a Marcos.

—Si me das besos —dijo Marcos. Aún así, lo abrazó y Enzo lo besó varias veces.

Al separarse, sonrieron y siguieron durmiendo unas horas más, hasta que el despertador sonó.

—La puta madre —dijo Marcos pero no se levantó.

No queria levantarse, tampoco quería despertar al chico que estaba durmiendo al lado suyo, así que decidió apagar la alarma.

«Por fin un poco de paz, loco», pensó, antes de volver a acomodarse y cerrar los ojos un toque.

Enzo se dio vuelta, dormido, quedando enfrentado a Marcos. Éste lo miró embobado, y con sumo cuidado acarició cada una de sus pecas, uniéndolas entre sí, formando esas hermosas constelaciones que amaba cuando contaba las pecas de Enzo, como hacía en ese momento.

—Te amo —susurró Marcos, para dar un muy sutil beso en los labios de Enzo, quien sonrió—. Bue, te hacés el dormido y no te sale, ya te descubrí —dijo Marcos. Enzo abrió sus ojos sonriendo.

—Te amo —soltó Enzo como saludo, y lo besó con dulzura—. Amo despertarme con vos mirándome así.

Enzo besó el tatuaje que Marcos tenía en su costado, el de su Libertadores. Y sonrió al mirar a Rojo, esa sonrisa radiante que sólo le daba a él. Esa sonrisa que enloquecía a Marcos.

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