13. confesión

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"Franco le cuenta algo a Chiquito"

-¿Q-Qué? N-nada... -tartamudeó Armani, tropezándose con las palabras, nervioso y evitando su mirada.

-Contestame, Armani: ¿qué es lo que te pasa? -Romero ahora sí que no iba a parar hasta saber la verdad.

-Es un hijo de puta -murmuró Armani, con bronca-. Él empezó con todo el circo, después sale diciéndome que no va a tener una relación y que sólo era para jugar y no sé qué... y-y... -intentó seguir con dificultad, aunque la voz se le quebraba un poco.

-Eu, tranquilo, tomá aire, no te exaltes así, te puede hacer mal -intentaba calmarlo Chiquito. Nunca había visto así a su amigo así que no sabía bien cómo tratarlo, estaba haciendo su mejor intento.

-Supuestamente era sólo sexo, y ambos lo sabíamos. Él me había dejado claro que no era nada, q-que no pasaría a más. Que sólo éramos amigos... -La voz se le quebraba y se le dificultaba seguir.

-Fran... -Sergio creía saber lo que quería decir, y tal vez estaba en lo correcto-. ¿Su relación terminó como la de ellos, pero de una mala manera? -preguntó, refiriéndose a Marcos y Enzo-. Lo que quiero decir es... ¿Se terminaron enamorando? ¿O te terminaste enamorando vos... y él no?

Franco no pudo decirle nada. En su lugar, asintió con la cabeza sin mirarlo, con los ojos llenos de lágrimas.

-H-Había dicho que me amaba -susurró como pudo-, y era... -Definitivamente no pudo seguir.

-Eu, tranquilo, ya te entendí -susurró Sergio abrazándolo-. Calmate, ¿sí? Yo te abrazo todo lo que quieras -le susurró al oído.

Franco se aferró a él, aguantando sus lágrimas.

-J-Jugó conmigo -susurró, apenas podía hablar sin largarse a llorar, por lo que decidió quedarse callado.

Chiquito lo abrazó más fuerte que antes, como diciéndole que no se vaya, que ahí estaba seguro. También se quedó callado, estaba sorprendido por ver a Franco así, por eso se quedó en silencio, esperando a que el otro arquero se pueda calmar un poco. Franco se acurrucó en su pecho, odiando tanto estar así. Odiando sufrir por él. Odiando llorar adelante de su amigo.

Quedaron así un rato. Franco sollozando y Sergio escuchándolo en silencio, sin palabras para consolarlo.

Franco de repente lo miró con los ojos todos rojos.

-¿Querés que te cuente? -susurró. Necesitaba contarlo, pero quería saber si a Chiquito le interesaba y no lo usaría sólo para boludearlo... o se lo diría a los de Boca, que por más que se llevaran todos bien, no quería que lo supieran.

-Sí, Fran, estoy preocupado por vos, por algo te estuve insistiendo, para que me cuentes y pueda ayudarte. Tené confianza conmigo, ¿sí?

Franco suspiró:

-Otamendi empezó con todo esto, cuando salimos campeones. No sé por qué. No sé cómo. Sólo sé que al día siguiente los dos estábamos en la misma cama desnudos. Él... me dijo que le había gustado y que quería seguir con eso -dijo.

Romero guardaba silencio mientras asentía con la cabeza, dándole a entender que lo escuchaba y le prestaba atención.

-Me dijo que sólo sería sexo. No podíamos enamorarnos. Teníamos que actuar normal adelante de los otros. Y todas esas boludeces. Pero se ve que me las pasé por el orto. El primero en notar que algo me pasaba fue Pablo.

-¿Y él te dijo algo o cómo fue eso? -preguntó Romero.

-¿Quién? ¿Pablo? No. Bah, me preguntó qué me pasaba, y él se da cuenta cuando nosotros mentimos. Te juro que no le mentí cuando le dije que estaba bien, pero igual me llevó aparte y me dijo que si quería contarle, ahí estaba como siempre -recordó Franco con un suspiro.

Estando juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora