Estando juntos

7. familia

"Marcos, Enzo y Bernabéu son una familia"

Si había algo que Enzo había empezado a amar, era despertarse y ver a Marcos dormido a su lado, o verlo en la cocina preparando el mate.

Ese día, se despertó justo en el momento en que su novio se levantaba de la cama. Se mordió el labio al verlo, y Marcos, como hacía todos los días antes de hacer algo a la mañana, lo miró y notó que estaba despierto.

—Hola, Pequitas —le sonrió, gateando hacia él y besándolo. Uno de esos besos profundos, que cuando se los daba le cortaba la respiración.

—Hola —susurró Enzo tallándose los ojos. Se destapó, aunque volvió a taparse enseguida—. Hace frío —murmuró.

Marcos sonrió y fue al ropero, sacando un buzo suyo y dándoselo.

—¡Rojo! —gritó Enzo al ver que le había dado un buzo de Boca.

—Dale, amor, dejame verte con ese buzo —pidió Marcos, justo antes de que Enzo le tire el buzo en la cara. Hizo puchero y se lo puso él, mientras agarraba otro para el mayor y se lo daba.

—Me quedo acá un ratito —le dijo Enzo.

—No. —Marcos negó y, para sorpresa de Enzo, lo alzó y se lo llevó a la cocina bajo las quejas de éste. Lo sentó en la isla.

—Te odio —se quejó Enzo.

—También te amo, Enzo —se rió Marcos y buscó el termo para poner el agua.

Después buscó las galletitas, las cuales le tiró a Enzo.

—Poné música que está aburrido esto —le pidió después, y el mayor le hizo caso.

—¿Cómo dormiste? —le preguntó Enzo.

—Hermoso, si soñé con vos —respondió Marcos, y para completar su chamuyo, le guiñó el ojo.

—Que chamuyero que sos, Rojo —le dijo Enzo, nervioso y sonrojado.

—Sabés que soy así —sonrió Marcos, acercándose y besándolo.

—Lo sé, y te amo igual —dijo Enzo antes de corresponder. Se separó—. ¿Y los otros? ¿Cómo vas con eso?

Enzo quería suponer que Marcos ya no estaba más con otros jugadores de Boca. Lo estaba antes de estar en pareja con él; y él estaba con los de River, él les daba la bienvenida a los nuevos de River.

—Ya no estoy con nadie que no seas vos —respondió Marcos, mirándolo a los ojos—. Fue de un día para otro que dejé de estar con ellos, siempre me preguntan qué pasó pero no pienso dar explicaciones.

—¿Por?

—No les tengo que explicar nada —respondió Marcos—. Te odian allá, y no voy a soportar que digan algo sobre vos.

—A Facundo también lo odian —le recordó Enzo—. Más que a mí.

—Lo putean cuando el rubio no escucha —respondió Marcos, y le dio varios besos—. Ya no estoy con nadie más, Enzo.