19. invitación

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"Marcos invita a sus compañeros a una joda"
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—¡Chicos! —Cuando estaba por terminar el entrenamiento, Marcos les pegó el grito a sus compañeros.

—¿Qué te pasa ahora? —le preguntó Merentiel, sonriendo al tener a Edi pegado a su lado.

—Tenemos libre desde el viernes, así que veamos cuando hacemos una joda... porque les tengo que presentar a alguien —dijo Marcos, siendo lo último un susurro apenas audible.

—¿El sábado pinta? —dijo el Pipa.

—Estamos todos invitados, ¿no? —le preguntó Blondel a Marcos.

—Sí, principalmente vos aunque no debería —respondió Marcos.

—¿Por qué no deberías? —preguntó Lucas, acercándose hasta pegarse a él.

—Lo hiciste llorar y no te perdono eso, si no te cagué a piñas apenas te vi, fue porque él me rogó que no lo haga —le dijo Marcos, empujándolo lejos de él con asco—. Y no me toques.

Se fue a bañar y luego buscó sus cosas. Se alegraba de que llegara la Copa América, así podía estar con Enzo. Porque, si bien vivían juntos, extrañaba esos días en los que salía del entrenamiento e iba a buscarlo a River. Ya no hacían eso. Marcos se iba en su auto y Enzo en el suyo, y se volvían a encontrar recién en su casa luego de 2 o 3 horas.

Ansiaba secretamente que llegara el día del retiro de Enzo, así podía estar todo el día con él. Y... tenía pensado lo que haría el día que Enzo se retirara.

Sabía que ambos estaban de acuerdo con pasar el resto de su vida juntos, pero todavía no le había propuesto nada.

Al terminar de bañarse y vestirse, intentó irse, pero Chiquito y Edi lo agarraron a la salida.

—¿Qué pasa? —les preguntó Marcos. No estaba tan apurado, así que podía hablar un ratito.

Un ratito nomás, Berna los esperaba en su casa.

—Estamos apostando —dijo Cavani, y Marcos lo miró con miedo—. ¿Quién creés que presentará a alguien en la juntada en tu casa?

—Yo —le dijo Marcos, suspirando.

—¿A quién? —se rió Chiquito, aunque se hacía el boludo ya que los había visto muchísimas veces.

—No te hagas el boludo, sabés con quién estoy... Todo el plantel sabe con quién estoy pero se hacen los boludos y... —estalló Marcos.

—Hasta que no lo presentes nos vamos a seguir haciendo los boludos —le dijo Edi.

—Y sabés que Sonrisita es así, amigo, no lo vas a poder cambiar —continuó Chiquito.

—Capaz si en vez de echarlo a patadas le dijeras lo que pasa... —comentó Edi.

—No —gruñó Marcos—. No compro con los que lo hacen llorar, y lo sabés bien. Lo tengo que bancar nomás porque es mi compañero, sino sabés cómo lo rompo todo...

Sergio y Edi anotaron algo, se fueron y lo dejaron puteando solo. Pero Marcos corrió hacia Edi.

—Para mí presenta Chiquito —le dijo. Anotó en el papel que le daba Edinson, lo firmó para comprometerse a darles la plata si no era él, y se fue.

Llegó a su casa, y se sorprendió y sonrió al ver el auto de Enzo ya estacionado. Entró a la casa, y sonrió como un boludo al ver a Enzo tirado en el sillón con Berna sobre él.

—¿Qué pasó que tardaste? —le preguntó Enzo, se sacó a Berna de encima con cuidado y se acercó a abrazar a Marcos.

—¿Terminaron antes o yo me tardé mucho? —le preguntó Marcos, alzándolo.

—Bajame, Rojo —se rió Enzo—. Terminamos antes, pero igual siempre estás en casa a esta hora.

—Estaba hablando con los pibes, les dije que aprovechemos y hagamos una joda, que creo que va a ser el sábado. Y a la salida Edi y Chiquito me agarraron... ¿La puedo hacer?

—Chi.

—Te amo —sonrió Marcos.

Mientras hablaba, caminaba hacia el sillón. Se sentó y sentó a Enzo sobre él, y le contó lo hablado con los exs United.

Enzo lo abrazó con fuerza.

—Te amo, gracias por defenderme así —le susurró.

—Siempre te voy a defender, Pequitas. Siempre.

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