"Enzo se despide del fútbol"
.
.
.
.Había pasado tiempo de eso. Un año, más o menos. Marcos no había pensado que lo suyo con Enzo lograría durar tanto, pero ahí estaban.
Él mirando a Enzo muy dormido en su pecho, mientras supuestamente miraban una película y Berna dormía a los pies de la cama.
Marcos acarició el pelo de Enzo con suavidad, sabiendo lo cansado que estaría mentalmente. Hacía poco, había anunciado que se retiraría al final del campeonato y, aunque a Marcos le dolió un poco en la parte muy pequeña de su corazón que aún era pincha, a la vez le había dado sin darse cuenta el pie para actuar.
Para hacer lo que tenía pensado desde que se pusieron de novios, hacía poco más de un año. Pedirle matrimonio.
Tenía pensada la idea y hasta había comprado el anillo hacía tiempo, pero no sabía dónde se lo pediría. Si en algún lugar al que ellos quisieran ir, si en Brasil donde comenzó todo, si en City Bell donde se conocieron...
No sabía, pero le tiraría alguna indirecta a Enzo a ver si lo ayudaba.
Se puso a chusmear lugares, a ver si se le ocurría algo más allá de Brasil y La Plata. Enzo se merecía lo mejor que pudiera darle. Enzo se merecía el mundo.
—Nene —escuchó que lo llamaban y giró hacia Enzo. Hacia un recién despierto Enzo Pérez.
—¿Qué, mi amor? —susurró Marcos, mirándolo.
—¿Cuánto dormí? —murmuró Enzo, interrumpido por un bostezo.
—Como dos horas, creo —respondió Marcos—. Estabas cansado, Pequitas.
Enzo le sonrió, intentando despertarse. Y Marcos lo despertó a besos.
—¿Qué estabas haciendo? —preguntó Pérez.
—Mirando a dónde irnos cuando estemos de vacaciones —respondió Marcos.
—Cuando vos estés de vacaciones —corrigió Enzo—. Yo voy a estar retirado.
—Te amo —le dijo Marcos sin ninguna razón—. Quiero que sea un lugar re lindo, ¿me ayudás a elegir? —preguntó acomodándose mejor.
Enzo asintió acomodándose en su pecho, y miró el celular de su novio.
—¿Lisboa? —dijo Marcos.
—No —negó Enzo, con una velocidad sorprendente.
—Era re lindo, ¿te acordás?
—Cómo olvidarlo —murmuró Enzo, estremeciéndose y escondiéndose en su pecho.
—¿Qué pasó allá, mi amor? —preguntó Marcos, acariciando su pelo.
Enzo había cambiado de un día para otro allá, y nunca supo el motivo.
—Nada. Sigamos. —Enzo, por supuesto, cambió de tema.
A Marcos le dolió ver el pequeño momento de debilidad de Enzo al mencionar Lisboa, por lo que no tuvo corazón para seguir preguntándole. Lo abrazó con fuerza y siguieron mirando.
—¿A Valencia fui yo? —sonrió Marcos, sabiendo la respuesta pero queriendo sacarle una sonrisa a su novio.
—Fuiste más veces que yo a Manchester, y esas son muchas —se rió Enzo dándole un besito.
—¿París?
—Me gusta —comentó Enzo, chusmeando.
—¿Y qué te parece donde empezó todo? —susurró Marcos—. Brasil.

ESTÁS LEYENDO
Estando juntos
RomansaMarcos y Enzo eran amigos desde hacía dieciséis años, aunque se convirtieron en amigos con derechos hacía casi quince. "Sólo sexo", habían dicho. Pero no pudieron. Se enamoraron inevitablemente. [Empezada el 29/03/24 Terminada el 10/07/24]