diecinueve; arriesgar y nunca ganar

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n/a: cuando los diálogos están en letra itálica,  significa que están hablando en coreano

...

—Y bien, háblenme de ustedes —pidió el pelirrojo teñido mientras tomaba sus palillos, dispuesto a comenzar a cenar. Los ocho adolescentes se encontraban en el restaurante de comida coreana que había recomendado Changbin, el cual ofrecía bulgogi como su especialidad.

—Ya te conté muchas cosas —respondió Jisung, tras dar un sorbo a su botella de soju.

—Pero tu amigo no.

Hyunjin volteó a ver a Minho, con el bocado de carne en la boca y arqueó las cejas, como si no supiera qué responder.

—Jisung me contó que estudiaban en la misma preparatoria y se graduaron hace casi un año… ¿no tenían pensado ir a la universidad? —preguntó, intentando sacarle plática al chico. Chris le había advertido que sus amigos eran de personalidad introvertida y no hablaban mucho, menos si era con alguien que acababan de conocer —No intento sonar como un padre o tío intenso, sólo es curiosidad.

En realidad Jisung y yo, al igual que Chan decidimos no hacer los exámenes para la universidad — aclaró Hyunjin —Era una situación muy estresante que estaba perjudicando nuestra salud mental, sobre todo la de Chan…

Chris, quien se encontraba al lado de Felix, le tradujo las palabras de Hyunjin en voz baja.

—Me imagino —dijo Minho —¿Y sus padres estuvieron de acuerdo con que vinieran?

—Los míos me dejaron venir tras insistirles mucho e intentar que entendieran mi decisión de dejar mi hogar por un tiempo —explicó Jisung —Creo que vieron lo perdido que me sentía y lo mucho que necesitaba un descanso. Aún así,  debo llamarles a diario y mantenerlos al tanto.

—Yo… —empezó Hyunjin —Realmente creo que no les importó mucho el hecho de que me haya ido.

—¿Por qué? —preguntó Jeongin, preocupado: con lo sobreprotegido que lo tenían sus padres no podía imaginar que un adolescente le importara poco a su familia. El resto dejó de comer un momento, prestando atención a las palabras del chico.

Hyunjin tomó una respiración profunda, como para prepararse mentalmente para hablar del tema.

—Mi familia es muy religiosa y con una mente demasiado cerrada… sobra decir que es un problema en cuanto a mis preferencias.

Rió de manera leve, como para matizar la seriedad de la situación.

—Ellos no lo saben porque no me he sentido seguro como para decirles —continuó, hablando lentamente como cada que elegía expresarse en su segundo idioma—Pero me sentía atrapado en esa casa, con tantas reglas…  no podía ser yo mismo y no iba a encontrar mi libertad si seguía ahí... Entonces comencé a rebelarme, dejé de asistir a misa, dejé de rezar y obviamente ellos estaban bastante decepcionados. Estaba muy claro que ya no me querían en esa casa a menos que me arrepintiera y le pidiera perdón de rodillas a Dios y a la Iglesia. Por eso decidí venir, porque quiero un nuevo comienzo… y si me gusta aquí, tal vez considere quedarme. Cuando les dije a mis padres que me iba del país fue como si les hubiera dicho que iba a la escuela y volvería más tarde… no les importó, o por lo menos no lo demostraron. Probablemente mi madre me extraña, pero sé que no va a llamarme porque es demasiado orgullosa. No voy a decir que no los extraño a ellos, a veces un poco… son mi familia a pesar de todo. No obstante, quiero estar un tiempo lejos de ellos.

Los chicos lo miraron sintiendo compasión al conocer su historia. Felix y Jeongin se sintieron un poco identificados, sobre todo el primero; aquella historia lo dejó pensando y no tenía idea de que la misma lo haría replantearse aún más cosas conforme el paso del tiempo.

say yes to heaven | chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora