veintitrés; como una daga en el corazón

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Felix

—Soy todo oídos.

El chico de los frenos se sentó en la arena fina y lo miró atentamente, esperando que comenzara.  Felix lo imitó y quedó al lado de su amigo.

—En realidad… quería que nos reuniéramos aquí porque necesito hablar contigo, pero… no con Jeongin presente.

Seungmin arqueó una ceja. Al salir de la jornada escolar aquel viernes, Felix le había dicho a su amigo, mientras el menor de ellos entró al sanitario, que necesitaba decirle algo importante. Entonces le sugirió ir a la playa Bondi para pasar el rato, a lo cual Seungmin accedió.  Aquel no fue un problema para la señora Lee, pues los chicos le habían dicho que estudiarían juntos para su examen de francés al aire libre, además Seungmin le daba buena espina.

Oh, si tan sólo Lina Lee supiera.

—Okay, tengo mucha curiosidad, pero ¿Era necesario venir a la playa?

—Estar aquí me recarga la energía… me da claridad mental —respondió Felix, mirando el oleaje— Y es lo que necesito para ser capaz de contártelo todo. Sólo que… no sé por dónde empezar.

—Tómate tu tiempo —lo apoyó su amigo.

Felix no apartó la vista del vasto océano en ningún momento: se sentía más cómodo si no miraba a Seungmin a los ojos. Respiró hondo y decidió comenzar.

Entonces le explicó todo a Seungmin. Cada detalle de su amistad con Chris, todos los gestos de afecto, el hecho de que ambos eran el pilar del otro, la reciente confesión en la playa Bronte y los últimos mensajes que Chris le había mandado. Su amigo escuchó con atención, sin hacer ningún comentario hasta que Felix pareció haber terminado.

—Y eso es todo —dijo, mientras jugaba con las mangas de su suéter.

El chico de los frenos quedó pensativo algunos segundos.

—Mmm, no creo que sea todo —respondió finalmente —No has dicho tú qué piensas de eso… qué sientes… qué vas a hacer.

Felix enterró la cara entre sus rodillas; el estrés que le provocaba la situación estaba volviendo.

—Minnie…

—¿Sí?

—¿Tú… cómo supiste que… te gustan los hombres? — formuló, tartamudeando y con la voz temblorosa.

Seungmin sonrió levemente, sabiendo a la perfección la razón de la pregunta.

—Tenía doce años… —respondió, cerrando los ojos como si aquel gesto lo ayudara a recordar mejor—todo comenzó cuando deseaba verme como algunos de mis compañeros de la escuela que eran muy guapos… estaba convencido de que esa era la razón por la cual no podía quitarles la mirada de encima, porque yo me creía pequeño e insuficiente al lado de ellos. Empezaban a jugar a tener novias, sin saber qué era el amor realmente pero queriendo experimentar eso de lo que tanto hablan los adultos, y yo sentía algo de celos porque las niñas no se me acercaban… o al menos eso creía.  Algunos años después, cuando cumplí catorce, admití para mí mismo que me sentía atraído por los chicos cuando me gustó alguien y me di cuenta que moría por tomar su mano o besarlo… todas esas cosas que hacen las parejas. Jamás había querido tanto acercarme a alguien, ¿sabes?

Felix asintió y levantó la mirada.

—¿Sientes eso por Chris? —continuó.

—Creo que sí —murmuró —desde el primer momento en que lo vi… creí firmemente que era lo más hermoso que había visto en mi vida. Y cuando me tocó la mano por primera vez, cuando me invitó a su casa y dormimos juntos, cuando fuimos a la exposición de arte, cuando se sacó la camiseta en la playa… sentí cosas que nunca antes había sentido. La última vez que lo vi, cuando confesó sus sentimientos… nunca tuve tantas ganas de besar a alguien.

say yes to heaven | chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora