veintiocho; como es arriba, es abajo

87 14 12
                                    

Cuando el sol comenzó a levantarse por el este alrededor de las siete de la mañana, bañando la ciudad de Sydney en luz dorada, los ojos de Felix Lee intentaron abrirse; no obstante, parecían persianas viejas y pesadas. La luz matutina lo cegaba, por lo cual se rindió por un momento y respiró profundamente. Una corriente de paz se acurrucó en su pecho al darse cuenta de que no estaba solo, sino entre los brazos de aquel chico de diecinueve años, de cabello rubio desteñido con raíces castañas y sonrisas contagiosas. Las fuertes extremidades del mayor lo sostenían en un abrazo, un poco sofocante debido al calor del clima, pero el castaño no podía quejarse.

Era la primera vez que despertaba en un lugar que no fuera su hogar. O mejor dicho, era la primera vez que despertaba en un lugar donde no estaba su familia, pues había amanecido algunas veces en Seúl -cuando él y sus familia viajaban durante las vacaciones para visitar a los abuelos, así como a la ciudad que había visto crecer a Lina y a Phillip Lee-. Felix siempre estaba con ellos: era como llevar un caparazón con su familia dentro, a cualquier lado que fuera.

No obstante, aquella mañana Felix sentía como si hubiera logrado desprenderse de aquel caparazón por un rato. Se sentía ligero, como si pudiera salir flotando en cuanto los brazos de Chris lo liberaran. Posó sus ojos, apenas abiertos, en el chico frente a él; su rostro tan cerca del suyo que podía apreciar los pequeños detalles, como algunas imperfecciones en su frente -inevitables regalos no deseados de la adolescencia que son la pesadilla de muchos-, fino, muy escaso y apenas visible vello facial en la barbilla -pues Chris se rasuraba religiosamente-, cejas pobladas y una ligera cicatriz que atravesaba la derecha, bajo su característico piercing. Los labios carnosos, un poco resecos pero no menos apetecibles. La nariz pronunciada, pero bastante atractiva para los ojos del menor. El conjunto de rasgos faciales daban como resultado un rostro sereno, que tenía el poder de hacerte sentir en casa. Su sonrisa transmitía vigor y transparencia, pero en contraste, sus ojos expresaban nada más que dolor, desesperanza y una chispa de amor por la belleza que aún podía encontrar en la vida.

No transcurrieron ni dos minutos cuando la atmósfera de paz se vio alterada en cuanto Felix recordó algo importante que había sucedido la noche anterior:

Jeongin bebiendo por primera vez.

...

-¿Qué es lo que querías mostrarme? -preguntó el menor, en cuanto tomó asiento en la cama del rubio.

El mayor abrió un cajón de la cómoda donde guardaba su ropa y tomó un bulto de tela de una tonalidad azul cielo, tenue, fría y suave. Entonces se sentó sobre la cama, junto al menor.

-Nunca he sido bueno dando regalos -admitió -Así que lo siento... tal vez debí envolverlo o esforzarme más pero... feliz navidad.

Le tendió el bulto de tela y Felix lo tomó. Parecía ser una sudadera; aquello fue comprobado cuando desdobló la prenda. Obviamente, Chris la había comprado en S-class, aprovechando su descuento de empleado. Felix sonrió, disfrutando la sensación de la tela acariciando las yemas de sus dedos. Desdobló la sudadera y la examinó sin borrar la expresión de su rostro. Era simple, sólo tenía la palabra "angel" estampada en la parte superior derecha, en blanco y con una tipografía gótica.

-Espero que te guste... recordé que dijiste que el azul era tu color favorito -dijo Chris. Se veía un poco avergonzado, lo cual era extraño en una persona tan abierta y extrovertida como él.

El castaño se lanzó a los brazos del mayor con fuerza, sintiendo una alegría indescriptible por aquel simple obsequio. El rubio no tardó en corresponder el abrazo, hundiéndose en el aroma a detergente y lavanda que caracterizaba al menor.

-Gracias -susurró Felix. A veces le frustraba no poder decir las cosas con firmeza y a un volumen normal. Era común que intentara hablar y sólo saliera una palabra o dos, tan sutil e inaudible como el soplar de un viento pacífico -Me encanta.

say yes to heaven | chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora