veiniuno; Adán y Eva

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Felix

—... Dios, el Todopoderoso es sabio. Su juicio es impecable y todo aquello que ha puesto en este mundo es perfecto.  Él creó al hombre a su imagen y semejanza, tras haber construido un mundo lleno de naturaleza, porque aún faltaba su obra maestra… algo que reflejara Su grandeza. Así que a partir de la tierra lo formó, y entonces le sopló su aliento para darle vida… y lo llamó Adán, que significa precisamente “el hombre”. Dios le dio a Adán la tarea de nombrar a cada animal y cuidar de todo aquello que con esmero había formado.

No obstante, a pesar de ser una creación magnífica, Dios sabía que faltaba algo. Entonces creó una compañera para Adán a partir de una de sus costillas, bajo la premisa de que el hombre no debía estar solo. Y así surgió Eva. De la unión de ambos nacieron Caín, Abel y Set… Y gracias a la reproducción de hombres y mujeres, el mundo continuó poblándose hasta el día de hoy.

[...] Dios creó un Adán y una Eva… No dos Adanes ni dos Evas. Así que, ¿por qué se justifica la tan popular homosexualidad de hoy en día? Si todo el mundo comenzara a unirse con personas de su mismo sexo, entonces ¿Qué pasaría con la descendencia? ¿Sería ese el final de los tiempos? ¿El apocalipsis?

Felix recordó las palabras que el Sacerdote había dicho hacía unas horas mientras hacía lo posible por terminarse su almuerzo sin vomitar. Algo en aquellas palabras lo había perturbado un poco, y trataba de convencerse a sí mismo de que sus amigos que amaban a otros hombres eran la razón por la cual aquel discurso no le había sentado nada bien.

Se sentía un ambiente cargado de tensión e incomodidad en la casa. El sol se filtraba por las ventanas de la sala, ahogando el área en luz, pero de alguna manera el espacio se sentía sombrío. Su madre procuraba colocar cortinas que permitieran la iluminación para que sus plantas crecieran apropiadamente. Afuera el clima era agradable, era un día perfecto para salir; no obstante, la familia Lee no saldría aquel domingo después de ir únicamente a la habitual misa.

El padre de familia había vuelto a su hogar, justo antes de que se fueran a la Iglesia. La familia completa estaba sentada en la mesa, almorzando unos pancakes que la señora Lee había preparado con esmero. Phillip Lee quiso reunir a todos para explicar la razón de su ausencia.

—No hace falta decir que estoy muy decepcionado de ustedes dos —señaló a sus hijos menores, hablando de manera firme y con su usual tono serio—Jamás imaginé que se comportarían de la manera en la que lo hicieron el otro día. Espero que tengan algo qué decir al respecto.

Los hermanos se miraron. Felix golpeó de manera discreta su rodilla contra la de su hermana, quien se rindió y terminó por decir de la manera más cínica posible:

—Lo siento.

—Yo también lo siento, papá —dijo Felix. Sabía que no debía disculparse por haber intentado hacer justicia por el trato hacia su hermana, pero se sentía con la necesidad de hacerlo para que su padre dejara de verlo con aquel repudio que incomodaba.

—Bueno, he hablado con su madre —continuó el hombre —El periodo de finales se acerca, saldrán de vacaciones y tú te graduarás el próximo año, Yongbok. 

El chico no pudo reprimir una mueca; odiaba que su padre lo llamara por su nombre coreano.

—Creemos que la mejor solución a este comportamiento es mandarlos a un retiro espiritual que está organizando el comité de la Iglesia —explicó—Será en Melbourne y tiene una duración de un mes. Para ese entonces, ambos deberán haber terminado el semestre con calificaciones satisfactorias, y tú, Yongbok ya deberás haber pensado en opciones para la universidad.

“Como un campamento de verano infantil, pero aún más endemoniado” pensó Felix.

—Espero que después de eso notemos cambios en su actitud de ambos —concluyó —Deben poner de su parte, por el bien de esta familia.

say yes to heaven | chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora