~° Capitulo 12 °~

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Los hermanos, espejos oscuros de nuestras almas, son aquellos que conocen nuestras sombras más profundas y, en la traición, pueden convertirse en los verdugos más despiadados de nuestro destino.

DANIEL

-¿¿Qué hiciste qué?? -grité, sintiendo cómo la furia ardía en mi interior.

-No fue mi culpa, Daniel. No sabía que él llegaría tan temprano -respondió con un tono defensivo.

-¡Así no era el maldito plan, Isabela! Solo te pedí que le preguntarás sobre el por qué lo internaron, sacarle información y no hiciste eso.

-¿Por qué mejor no lo hiciste tu? Tu eres el que está tan obsesionado con el, yo no voy a ensuciarme la manos con absurdas obsesiones de mi hermano menor -dijo, encogiéndose de hombros.

-¡No es una maldita obsesión, Isabela. Estoy seguro que él esconde algo, se que fue él quien lo hizo.

-¿Por qué estás tan seguro? ¡Ah si! Por qué tu intuición te dice que el sabe algo. O será porque...-dejo las palabras en el aire. Con eso me dejó en claro de que hablaba.

-No, estoy seguro y te lo confirmaré pero por favor ayudame Isabela -dije en una nota suplicante.- perdón por alterarme es que me preocupe, que tal si reaccionaba de mal manera y te hacía daño.

-¿Tu crees que no soy capaz de defenderme?

-No, creo...

-Entonces ya no te preocupes por nada -dijo, su voz gélida y autoritaria.

Caminó por la sala hasta entrar en la cocina, sus lindos tacones rojos resonando en la amplia casa. El charco ya había sido limpiado, pero aún se alcanzaba a notar una leve mancha en el suelo.

-¿Que no me preocupe? No sabemos qué hará. Su padre también está involucrado en esto y si él encuentra algo sobre lo que hacemos, podrá reaccionar de la peor manera -dije, mis manos temblando de frustración.

-Eso no pasará —aseguró— lo drogue para que olvidará lo sucedido aquel día, estoy segura que ahora no se acuerda ni que vino a mi casa -dijo mientras se servía vino en su copa, su mirada fija en mí con una sonrisa calculadora.

-¿Lo drogaste? -pregunté, arqueando una ceja— ¿Y, si se entera que fue drogado?

Ella asintió levemente y me hizo un gesto para que me acercara. Lo hice, recostándome en la barra que dividía la cocina de la sala, justo enfrente de ella. Se inclinó hacia mí y, en un susurro cargado de complicidad y peligro, dijo:

-La drogue que le di, es una nueva droga hecha por El Jefe. A medida que la droga continúa actuando en el cerebro, la persona comienza a experimentar una pérdida de conciencia y una disminución en la capacidad de formar recuerdos nuevos. La droga, en esencia, 'borra' la memoria del día, dejando a la persona sin recuerdo de lo que sucedió mientras estaba bajo su influencia. —me dio una sonrisa suspicaz, sus ojos brillando con una mezcla de malicia y confianza.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Su serenidad frente a una situación tan grave me desconcertaba, pero también me recordaba por qué ella era tan peligrosa. Sabía jugar con el miedo y la duda, manipulando las circunstancias a su favor.

-¿Una nueva droga? ¿Isabela, esa droga no es peligrosa? Yo solo quería que le sacarás información no que lo mandé al hospital o algo peor.

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora