La vida estudiantil era divertida e intensa, entrenamientos constantes para lograr el sueño de todo joven de volverse héroe, salidas y fiestas entre amigos como también fallidos intentos de llamar la atención del chico popular del salón.
Su vida en...
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Narrador
"Ya viene en camino." Susurró el líder del clan de los lobos. El rey simio asintió y, tras recibir la información, esbozó una amplia sonrisa mientras daba un paso adelante para recibir al grupo.
"¡Sean bienvenidos a la Ciudad de las bestias!" Proclamó el hombre bestia en voz alta, asegurándose de que incluso las dos águilas que estaban descendiendo pudieran escucharlo claramente."Soy Wilbert, El Rey de los Simios, pero suelo trabajar como casamentero. Querida hembra, si escoges un macho podrás entrar de inmediato." Mencionó el simio dirigiéndose a la hembra oculta bajo una piel roja que cubría casi todo su cuerpo, dejando a la vista solo sus delicados pies, tan blancos como la nieve y tan limpios que parecía que nunca hubieran tocado el suelo.
Los gruñidos y siseos se alzaron tan pronto como el rey terminó de hablar sobre aquella propuesta a su compañera y ante la evidente amenaza de los recién llegados, los guardias se mantuvieron completamente atentos a la señal que les indicaría que era momento de atacar.
"Silencio, sólo están causando que me duela la cabeza." La suave, pero firme voz de la hembra en brazos de la bestia salvaje fue más que suficiente para detener todo el ruido que se encontraba alrededor. "Aceptaré su oferta, Rey Wilbert."
"Claro." Respondió el rey algo aturdido por el cosquilleo en sus oídos al escuchar su nombre, más percibiendo la amenaza del joven macho de cuatro marcas, el simio recobró su postura enseguida. "¿Alguna preferencia en específico? Habitan más de diez mil machos en nuestra ciudad por lo que encontrar un macho de tu agrado será sencillo."
"He llegado a escuchar sobre dos bestias prometedoras." Habló Kimura sin prisa alguna, dejando al rey con un mal presentimiento acerca de lo que diría a continuación. "Sus nombres son Winston y Shuu."
Al confirmar sus sospechas, Wilbert cerró los ojos un momento y luego los abrió, mostrando de nuevo la sonrisa por la que todas las bestias lo conocían. Asintiendo a lo mencionado por la hembra de desconocida apariencia, el macho se acercó al rey de los lobos para ordenarle que igualmente bajara de su posición a Bart y se acercara.
Con el poder de los machos de la nueva hembra, los planes del simio podrían verse comprometidos, por lo que su unión con Winston debía ser descartada. Por otro lado, la fuerza de Shuu lo haría pasar desapercibido al solo poseer nada más que dos marcas, dejando a Bart como el único con la oportunidad de destacar entre ellos y convertirlo en sus oídos para estar pendiente de los movimientos de aquellas bestias salvajes.
Únicamente las repentinas respiraciones entrecortadas y suspiros de los machos distrajeron al rey de sus pensamientos para darse cuenta que la hembra había decidido revelar su hermoso y delicado rostro, cautivando por completo a los machos solteros que estaban presentes.
"Realmente es eficiente en su trabajo, Rey Wilbert." Aclamó la joven con una gran sonrisa en sus labios al mismo tiempo que mantenía su mirada puesta en el alto y musculoso macho de cabellera blanca que justo acababa de llegar.
