La vida estudiantil era divertida e intensa, entrenamientos constantes para lograr el sueño de todo joven de volverse héroe, salidas y fiestas entre amigos como también fallidos intentos de llamar la atención del chico popular del salón.
Su vida en...
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Narrador
Al Kimura darse cuenta de que Harvey igualmente fue aceptado por sus esposos, la chica se encontraba más que feliz por lo que besó a Killian en la mejilla derecha cuando este repentinamente la cargó en sus brazos, causando que el macho sonriera por las caricias de su hembra.
Conseguir a un doctor privado era algo fundamental como normal para la joven adolescente perteneciente a una gran familia adinerada y al estar en una nueva dimensión la chica sabía que no podía contactar a su doctor de confianza en caso de ser necesario, por lo que obtener a Harvey de su lado resultaba algo que debía hacer a como dé lugar.
El leopardo por su parte seguía anonado de que al final siguiera con vida al haber estado seguro en un inicio de que pronto estaría en presencia del Dios de las Bestias, para su sorpresa aquella escalofriante serpiente le dio la oportunidad a una débil bestia como él de aparearse con su hembra. Pensar en ello avergonzaba al joven leopardo que nunca imaginó que algún día lograría poder tener una compañera al ser el cachorro más débil de su camada, pero que al mismo tiempo debido a ello, le permitió continuar viviendo a comparación de sus otros cuatro hermanos.
Incluso al estar confundido por las acciones de las bestias salvajes, Harvey vio claramente cómo el bello ángel aceptaba alegremente las caricias de la misma bestia flotante que la cargaba sorprendiéndose por la armoniosa atmósfera que existía entre ellos dos, pues era de cultura general que las bestias salvajes eran terribles compañeros que simplemente buscaban raptar hembras para reproducirse sin importarles lo que ellas pudieran pensar al respecto y ver tal escena contradiciendo por completo sus creencias dejaban por completo sin habla al leopardo.
Tan solo con ver los desorientados rostros de los dos cachorros, Kaiser entendía muy bien lo especial que es su hembra, más eso sería algo que ellos dos descubrirían pronto por lo que la bestia avanzó hacia Killian y sostuvo en sus brazos a su dulce compañera que seguía manteniendo una pequeña sonrisa en sus labios, más lo avergonzada que estaba era evidente en aquellas enrojecidas orejas tentándolo a querer lamerla.
"Kaiser." La joven abrazó el cuello de su esposo suspirando su nombre luego de recuperar el aliento de aquel pasional beso del que Killian no quería soltarla.
La bestia sonrió al notar la ligera desesperación en su voz, más la serpiente había tenido suficiente como para seguir jugando así que no dudó en besarla igualmente y saborear cada centímetro de ella.
La reacción en el cuerpo de la hembra era evidente para los cuatro machos presentes que poco a poco sucumbían ante el embriagador aroma que ella emitía por lo que la bestia flotante con una simple miraba invitó a los otros dos machos a acercarse mientras él acariciaba la espalda de su compañera y deshacía el nudo de la prenda de piel que cubría sus pechos dejándolo caer al suelo.
Sintiendo la ligera brisa de aire recorrer su piel Kimura acercó más su cuerpo al de su esposo Kaiser, estremeciéndose por los besos y las manos que recorrían se espalda haciéndole entender que nuevamente la noche sería larga y aún sin saber del todo cómo la dinámica llegaría a funcionar al ser más personas, la chica decidió confiar en sus amados esposos dejándose llevar nuevamente por el placer.
