Narrador
La luz temprana de la madrugada se filtraba a través de la ventana de madera, proyectando un suave resplandor sobre las paredes de piedra de la habitación. Y la pequeña hoguera que crepitaba cerca añadía calor al frío persistente del exterior. Las llamas parpadeantes creaban una atmósfera acogedora y primordial, preparando el escenario para la intimidad que estaba por ocurrir.
Sola junto a las tres bestias, Kimura notó fácilmente las erecciones de los machos, que resultaban imposibles de ocultar bajo las pieles con las que se cubrían la cintura. A pesar de esto, la joven admiró mentalmente la resistencia de los tres al mantenerse sentados en el suelo y abstenerse de ceder de inmediato a los placeres carnales.
"Estaré bajo su cuidado." Dijo la joven peliverde mientras caminaba hacia ellos, colocándose frente a Shuu, quien estaba en medio de las otras bestias y se acomodó en el regazo del joven lobo, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.
Shuu emitió un gruñido bajo de aprobación mientras ____ se acomodaba en su regazo. Sus fuertes y musculosos brazos rodearon su cintura, atrayéndola más cerca. La calidez de su cuerpo y la textura áspera de su pelaje le provocaron escalofríos y pudo sentir el calor que irradiaba su excitación presionándola, intensificando su propio deseo.
A su derecha, los penetrantes ojos grises de Winston contenían una mezcla de hambre y control, mientras que a su izquierda, Bart la observaba con ansia. Los dedos de la hembra recorrieron con delicadeza el contorno del cuello de Shuu, percibiendo la tensión que se acumulaba dentro de su imponente figura.
"No hace falta que te contengas". Susurró suavemente, inclinándose hacia él, sus labios rozando su oído y su cálido aliento acariciando su piel.
Con un gruñido que resonó en lo más profundo de su pecho, Shuu dejó de reprimirse. Sus manos exploraron su espalda, deslizándose por debajo de la prenda, apartando la tela para dejar al descubierto su piel desnuda. La sensación de su tacto era eléctrica, y cada caricia encendía un fuego en su interior.
Winston y Bart se acercaron, su presencia era una tentadora promesa de lo que estaba por venir. La gran mano de Winston acarició suavemente su muslo, mientras los ágiles dedos de Bart rozaban su pecho, evocando oleadas de placer en todo su cuerpo.
_____ respiró entrecortadamente cuando los labios de Shuu descubrieron el punto sensible en su cuello, mordisqueándolo y besándolo con una mezcla de ternura y urgencia. Entonces ella arqueó la espalda, acercando su cuerpo al de él, sintiendo la aspereza del pelaje contra su suave piel.
El joven lobo retiró con destreza la piel de su cintura, deslizando luego las manos hasta las caderas de su compañera, sujetándola con firmeza mientras guiaba sus movimientos. Kimura podía sentir su miembro presionando insistentemente contra ella, instándola a acomodarse y alinearse con él. Pronto, sus cuerpos se movieron en sincronía, una apasionada danza de deseo e intimidad con cada movimiento rítmico, cada roce y caricia profundizando su vínculo en el furor de su mutua pasión.
Las manos de Bart continuaron recorriendo su cuerpo, sus caricias tiernas y al mismo tiempo demandantes. Inclinándose hacia ella, le murmuró algunas palabras de aliento con una voz profunda y resonante que le produjo un delicioso escalofrío. Sus dedos juguetearon hábilmente con sus sensibles pezones, suscitando en ella dulces gemidos.
Mientras tanto, el tigre blanco se posicionó detrás de ella y sus robustas manos amasaron sus hombros y su espalda. Su tacto era firme pero reconfortante, intensificando las abrumadoras sensaciones que la recorrían mientras él le plantaba tiernos besos a lo largo de la columna, dejando un rastro de calor y anhelo.
Kimura se entregó por completo al encuentro, y su cuerpo respondió con entusiasmo a cada una de sus caricias. A medida que la luz de la mañana bañaba la habitación, todos ellos se vieron consumidos por el deseo, creando una sinfonía de gruñidos, jadeos y gemidos que llenaron el aire, intensificando así el éxtasis que compartían.
Después de disfrutar de un relajante baño, la joven se tumbó sobre el lomo de su nuevo compañero y esposo, Winston. El imponente tigre blanco permaneció inmóvil y sereno, respetando el momento de intimidad entre ambos. En esa posición cómoda y segura, Kimura cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación de tranquilidad que emanaba de los poderosos animales que la rodeaban.
Winston, sintiendo el peso reconfortante de su compañera sobre él, se estiró ligeramente para ajustarse mejor a su postura. Su pelaje era suave y cálido, brindándole a Kimura una agradable satisfacción. Mientras tanto, Harvey comenzó a realizar un suave masaje sobre el cuerpo de su compañera, aplicando presión donde era necesario para aliviar la tensión acumulada en sus músculos.
Con las expertas manos de Harvey, pronto la adolescente no pudo evitar suspirar de alegría, encontrándose sorprendida de que el leopardo no pareciera tener complicación alguna incluso estando ella acostada sobre un tigre, así ella continuó su descanso bajo el cuidado de sus esposos.
La mañana avanzó tranquilamente y acabado el trabajo del doctor, la ojiverde se incorporó de inmediato cuando Killian orgullosamente se acercó a entregarle un plato de onigiris, pues debido al tiempo libre que tuvo horas atrás, la bestia flotante se interesó por aprender a preparar nuevos alimentos que su hembra suele pedir en la tienda en línea.
"Vamos a traer nuestras pertenencias" Anunciaron los dos hermanos lobo mientras Kimura disfrutaba de su desayuno y percibiendo que se trataba más que nada de un permiso que ellos estaban solicitando debido a la intensidad con la que la miraban, la joven accedió con una sonrisa en los labios.
"Debo salir, pero regresaré pronto." Comentó poco después Winston luego de transformarse y sin dejarlo esperar ella asintió a sus palabras con medio onigiri en la boca.
Ahora que ya poseía los tatuajes de los tres machos en su pecho, Kimura se sentía más tranquila. Los tatuajes de los dos príncipes eran más visibles, ubicados justo debajo del de Mitchell, siendo el lobo izquierdo Shuu mientras que el derecho Bart. En el caso de Winston, no se puede ver en lo absoluto al estar debajo de la de ellos dos y escondido entre sus pechos.
Con el poder que ya cuenta por lo menos ella estaba segura de que el Rey Simio la dejaría en paz por un tiempo y teniendo eso en mente la joven se dispuso a reflexionar acerca de los cambios que debía hacer en su nueva casa, en especial acerca de la luz puesto que no quería tener más accidentes en el futuro.
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The Queen of Beasts | Rayita X BNHA/BATB Harem
Hayran KurguLa vida estudiantil era divertida e intensa, entrenamientos constantes para lograr el sueño de todo joven de volverse héroe, salidas y fiestas entre amigos como también fallidos intentos de llamar la atención del chico popular del salón. Su vida en...