62 - Amor y felicidad

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"Creo que es la primera vez que un Kage ha estado en la Tierra de Hierro", dijo el Shogun con disgusto al entrar en su despacho y encontrarse al Hokage admirando los diversos recuerdos de samuráis que había en su oficina.

"Yo no estaría tan seguro de eso", dijo el Hokage con una sonrisa divertida que hizo fruncir el ceño al Shogun. "Los trenes son más divertidos de montar".

Aquello era lo último que esperaba el Shogun cuando entró en su despacho. Si la Hokage quería hablar con él, habría esperado un mensaje. Pero, como de costumbre, Naruto Uzumaki no era conocido por ser predecible. Y por lo que el Shogun podía ver, la única seguridad que el Hokage había traído consigo era un único ANBU con una máscara de zorro.

El Shogun no podía decidir si se sentía ofendido o impresionado por la arrogancia de aquel hombre. Su mentor, Mifune, siempre había considerado al Zorro Demonio como el más peligroso de la nueva generación de Kages, pero hacía unos meses, todo el mundo se había enterado de que Naruto ya no podía invocar al Kyuubi, y sin embargo, aquí estaba, paseándose por su despacho con las pelotas de un toro.

"Estás violando el acuerdo de neutralidad al estar aquí".

"Tú violaste el acuerdo primero". El Hokage se enderezó tras inspeccionar una armadura samurái de primera generación. Naruto se apoyó en el centro del escritorio del Shogun. El gran cuadro de Tokugawa Ieyasu, el fundador de la Tierra de Hierro, enmarcaba la nuca de la Hokage. "Violaste el tratado cuando apoyaste económicamente a un grupo terrorista que declaró públicamente la guerra a las Cuatro Naciones Shinobi".

"¿Y qué pruebas tienes para apoyar esta afirmación?". El Shogun frunció el ceño. Había sido cuidadoso. No debería haber nada que relacionara a Kuro no Keiyakusha con el gobierno de la Tierra de Hierro.

El Zorro ANBU llevó la mano a su katana. Este único movimiento lo decía todo. Los ojos del shogun se entrecerraron. Se trataba de uno de sus samuráis, o de alguien lo bastante cercano como para aprender las técnicas secretas. Al shogun le resultaba difícil creer que uno de los suyos le traicionara, pero no había duda de los callos y el agarre practicado de la empuñadura. Cualquier experto en kenjutsu podía mirar al agente ANBU y ver que había sido entrenado en la Tierra de Hierro.

Eso era prueba suficiente.

"¿Qué quieres?" Espetó furioso el shogun.

"La localización y toda tu información sobre Kuro no Keiyakusha. Además, un indulto temporal para permitir que las Naciones Shinobi Conjuntas entren en tu país para enfrentarse a ellos."

"No. La Tierra de Hierro no tendrá ninjas pisoteando sus tierras".

"Entonces será la Tierra de Hierro con la que tratarán las Cuartas Naciones Shinobi. Cumple mis exigencias o haré públicas todas las pruebas de la implicación del País de Hierro en la financiación de las armas utilizadas en estos recientes ataques terroristas y demostraré que has violado tu acuerdo de neutralidad. La elección es vuestra: País de Hierro o Kuro no Keiyakusha. Elige mal y yo personalmente dirigiré la carga y no pararé hasta que todo este país esté bajo el agua. Borraré este lugar del maldito mapa".

Era como si Tokugawa Ieyasu estuviera mirando a Naruto con repentina familiaridad. El Shogun tenía la clara sensación de estar en presencia de la reencarnación de Tokugawa.

El Shogun debería haberse asustado por la amenaza, pero en lugar de eso, una embriagadora oleada de lujuria le inundó y, por un momento, el Shogun se preguntó cómo sería tener a este poderoso hombre, cuya estatura igualaba a la de las leyendas, desplegando su pasión bajo él.

"Elige".

El Shogun se estremeció. No se había sentido tan libre desde la muerte de Mifune, que le había dejado al frente del país. Tenía que continuar la visión de Mifune para la Tierra de Hierro, pero, de repente, lo único que deseaba era rendirse ante aquel hombre, inclinarse a sus pies e ir adonde le llevara la marea de la voluntad del Kage. Ahora comprendía por qué el Kazekage le amaba, el Raikage le respetaba y el Ichikage le temía.

Naruto - Lo Poético de lo anbu ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora