Naruto - Lo Poético de lo anbu ✔️

12 - Nunca lloverán rosas

Descargo de responsabilidad3: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 12

Naruto tenía los ojos agotados mientras caminaba arrastrando los pies por la sección restringida de la Torre del Hokage. El polvo lo cubría de pies a cabeza. Parecía que había sido ayer cuando Naruto se había colado en la Biblioteca Prohibida de la Torre, y ahora estaba limpiando y organizando los diversos tomos, hasta que se distrajo.

Naruto cogió otro libro sobre sellos, escrito por su propio padre, y se sentó entre una pila de pergaminos y libros prohibidos. Las palabras se desvanecieron hasta convertirse en líneas borrosas. Ninguno de estos libros contenía detalles sobre cómo sellar mentalmente a un demonio de su recipiente. La mayoría de los libros contenían técnicas de sellado avanzadas, tan avanzadas que una vez que las leía, le golpeaban la cabeza y rebotaban de vuelta a la página.

Naruto bostezó. Los libros nunca fueron su punto fuerte.

Se quedó dormido y despertó bruscamente cuando el libro que tenía en la mano cayó al suelo. Se estiró hacia arriba. Agarró unos cuantos libros y pergaminos con la firma de su Padre y con facilidad los sacó a escondidas de la torre del Hokage.

Se coló por la ventana de su dormitorio y dejó caer los antiguos y ajados documentos en un rincón de su habitación. Se quitó el uniforme ANBU y se puso el pijama. Entonces Naruto oyó un fuerte golpe. Se giró para mirar la puerta de su habitación con curiosidad mientras se oían gritos al otro lado.

"¿Qué está pasando?" Preguntó Naruto y se metió en medio de un campo de batalla. El clon de Naruto estaba apostado del lado de la sala, con el sofá volteado. Tomu estaba en el lado de la cocina con una olla en la mano. Naruto entró justo a tiempo para ver como Tomu lanzaba la olla, apenas pasaba por la cabeza de su clon y golpeaba la pared con un estruendoso golpe que no dejaba lugar a dudas de si Tomu era o no hijo de ninja.

Tomu se giró con expresión de disgusto. "¡Ni siquiera puedo discutir con tu verdadero yo!". Dijo frustrado y señaló a Naruto. "¡Malditos clones! Sois imposibles!"

Naruto estaba completamente confundido. Despidió a su clon y la información se precipitó en su cabeza. Tomu quería espacio. Agradeció la atención de Naruto los meses siguientes a la muerte de su madre, pero ahora se estaba convirtiendo en demasiado.

Naruto parpadeó. "No lo entiendo. ¿Y si te pasa algo?"

Tomu se revolvió el pelo con frustración. "¡No necesito un clon siguiéndome al supermercado! ¡O un clon siguiéndome cada vez que salgo de casa! O cada segundo que estoy en casa".

"Nunca se sabe lo que puede pasar", explicó Naruto. "Los mantendré fuera de la vista. Ni siquiera sabrás que están ahí".

"¡Ese no es el punto!" Gritó Tomu. "¡Tengo doce años! No necesito que me hagas de niñera!"

Naruto puso cara de incredulidad: "¡Sólo tienes doce años! Puede pasar cualquier cosa. Yatou y su banda podrían..."

"Yatou y su pandilla están muertos", Tomu resopló y miró a Naruto con los ojos entrecerrados. "Y no creas que no sé lo que hiciste". Tomu se cruzó de brazos. "Es que no quería hablar de eso".