Capítulo 51 de 75 Capítulo 15

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AURORA

Entramos en el despacho del alfa y nos encontramos con Max, los ancianos y Wolfgang, que estaba sentado en su mesa.

Se había puesto unos pantalones, pero seguía sin camiseta. Sus increíbles músculos se reflexionaban con cada movimiento.

Debí de estar mirando demasiado tiempo, porque cuando mis ojos se encontraron con los suyos , vi que tenía una sonrisa de oreja a oreja.

No pude evitar el rubor que subió por mis mejillas; me aparté rápidamente, sólo para ser abordada en un gran abrazo.

-¡Rory! Has vuelto! -Max se estrechó con fuerza, como si no nos hubiéramos visto en años en lugar de sólo una semana.

-Acabo de regresar. Oye, Max, me estás aplastando -dije.

Se río y aflojó su apretón para mantenerme a distancia.

-¿Cómo ha ido todo? ¿No te ha hecho daño? ¿Te ha molestado de alguna manera? -empezó a preguntar, pero ambos nos giramos al oír un gruñido profundo.

Wolfgang estaba de pie con las manos cerradas en un puño mientras nos miraba fijamente, o para ser más precisos, a Max.

-Estoy bastante seguro de que mi compañera no tiene nada de malo que decir sobre nuestro viaje juntos, Beta Barone. Ahora, te sugiero que te abstengas a tocarla -gruñó.

No pude evitar cómo Max y todos los demás bajaron la mirada al sentir el aura del poderoso alfa que emanaba de él. Pero, por algún motivo, yo no sentía.

Me acerqué a su mesa y me puse delante de él, devolviéndole la mirada.

-¿Qué coño te pasa? Max sólo me ha dado la bienvenida y se ha preocupado por mi bienestar -gruñí.

-No tiene nada de qué preocuparse. Estabas conmigo -espetó.

-Entonces, más razón para preocuparse por mí -repliqué. Me arrepentí inmediatamente de mis palabras al ver un destello de dolor en sus ojos.

La sala se sumió en un incómodo silencio, y entonces Remus se aclaró la garganta.

-Creo que estamos aquí para discutir el asunto de los miembros de la manada desparecidos -dijo. Wolfgang enmascaró rápidamente sus emociones y volvió a poner su rostro estoico mientras se sentaba de nuevo.

-Tienes razón. Hay asuntos más importantes.

No pude evitar sentirme culpable mientras me retiraba de delante de su mesa y me iba a colocar en la parte de atrás, apoyada en una pared.

-Remus. Ponme al corriente de todo. ¿Dónde fueron vistos por última vez nuestros guerreros y buscadores? -preguntó Wolfgang a su gamma.

-Todos ellos estaban patrullando los límites de nuestros territorios, alfa -respondió.

-Beta Barone, tú has sido el alfa a cargo mientras yo no estaba, ¿hiciste que los rastreadores olfatearan la zona o trataran de dar con el secuestrador? -le preguntó a Max.

-Sí, alfa, pero hasta ahora no hemos encontrado nada. Creemos que han enmascarado sus olores con algún brebaje de brujas -respondió con rigidez. Wolfgang asintió, enlazando sus dedos sobre el escritorio.

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora