Capítulo 53 de 75 (Capítulo 17)

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AURORA

La propuesta de Max me cogió desprevenida.

Siempre había sido muy dulce y atento conmigo, pero había pensado que era su naturaleza. Nunca había esperado que me invitara a salir.

No sólo eso, sino que estaba actuando a espaldas del alfa y arriesgándose a meterse en serios problemas por pedir una cita a una loba apareado.

Por supuesto, sería justo hacerlo. Después de todo, Wolfgang prácticamente había hecho lo mismo conmigo cuando había salido con Tallulah.

Pero aquello no me haría mejor que él, ¿verdad? No sería justo para Wolfgang, y mucho menos para Max.

-Le diré a Max que no creo que sea buena idea que salgamos -me dije. Después de todo, no albergaba ningún tipo de sentimientos por él, más allá de ser amigos.

Volví a casa, sintiéndome completamente agotada de energía. Estaba a punto de subir cuando oí a Wolfgang hablando con alguien.

Olfateé el aire y reconocí el olor de Remus. ¿Qué podía necesitar para venir hasta aquí?

-Tal vez deberíamos escuchar -aconsejó Rhea, pero la ignoré.

Ya debería saber que fisgonear y espiar las conversaciones de Wolfgang nunca llevaría a nada bueno.

Pero no pude evitarlo, así que hice lo posible por ocultar mi presencia mientras escuchaba la conversación.

Quizás habían averiguado algo más acerca del nuevo enemigo al que nos enfrentábamos. Al fin y al cabo, Wolfgang sólo me daba respuestas unilaterales cada vez que le preguntaba sobre el asunto.

-...¿Te ha perdonado ya? -pregunta Remus.

-Ella escucha cada palabra que digo, pero sigue sin aceptar mis disculpas, Remus. No sé qué más hacer -respondió Wolfgang.

-Alfa, debes darle tiempo. Le hicieron mucho daño durante todos estos años -replicó Remus.

Entonces oí un fuerte golpe.

-¿Cuánto tiempo más quiere que le dé? Sé que tomé algunas decisiones jodidas cuando la traté como basura, ¡Pero eso fue todo antes de saber que podría ser de la realeza! -le gritó a su gamma.

-Entonces... ¿estás insinuando que sólo sentiste interés por ella cuando pensaste que podría ser de linaje real? -preguntó Remus.

Contuve la respiración, esperando escuchar su respuesta.

Mentiría si dijera que no se me había pasado por la cabeza; que durante todo aquel tiempo, el repentino interés de Wolfgang hacia mí no se debía a nuestro vínculo o al hecho de que casi había muerto, sino simplemente a que podía ser una descendiente de la Diosa de la Luna.

-Sí... -respondió finalmente Wolfgang, y sentí mi corazón caer-. El hecho de que sea de la realeza ha demostrado que vale más como Luna para esta manada de lo que pensaba.

No podía soportar escuchar más, así que pasé corriendo por la puerta de su habitación y me encerré en la mía.

Por supuesto que aquello era lo que pensaba de mí.

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora