[5 años después]
Martin esperaba a que Chiara terminara de arreglarse. Pudo ver por la ventana de la habitación de su amiga los preparativos de la fiesta de los 10 años de Juanjo, también pudo observar como este mismo terminaba de echarse perfume mientras Violeta le esperaba en la cama.
Martin simuló una arcada y apartó la vista de los vecinos, cada día que pasaba los detestaba más. Sobretodo a Juanjo.
— Te metería prisa pero si tardas mejor, no quiero verles. – dijo Martin.
— Les has visto por la ventana ¿no?
— No sé cómo puedes aguantar teniendo de vista a Juanjo. – se quejó Martin.
— Me parece peor lo tuyo, que tu ventana da con la de Violeta. – Chiara terminó de echarle gloss en los labios.
— ¿Tienes todo listo?
— Obvio. A ver si nuestras madres por fin entienden que no les soportamos, por mucho que se esfuercen en que nos llevemos bien.
Desde hace cinco años que no se soportan, todo desde aquel día donde se conocieron. Rebeca, Nieves, Emma y Susana formaron una buena amistad, tenían bastantes cosas en común y se llevaban demasiado bien, pero sus hijos en cambio eran todo lo contrario.
Intentaron juntarlos de cualquier forma, pero siempre terminaban de la misma manera, cortando todo de golpe porque ocurría una pelea. No hubo ni un solo día de paz entre ellos.
El odio traspasó el vecindario, no sólo se odiaban como vecinos sino también como compañeros, iban a la misma escuela pero no a la misma clase, aunque eso no fue un impedimento para ninguno. Se saboteaban siempre que podían, compartían dos asignaturas, educación física y música.
Educación física siempre tenía el mismo desenlace, alguno de los cuatro terminaba en la enfermería por algún golpe o raspón. En música simplemente terminaban castigados.
En los recreos siempre intentaban mantener distancias, Juanjo y Violeta junto a su grupo por un lado, y Martin y Chiara junto a sus amigos por el otro. Pero por mucho que intentasen estar alejado, una fuerza superior a ellos hacía que se juntasen, lo cual terminaba en pelea.
Tras cinco años manteniendo la misma rutina, llegó el día del juicio final, al menos así le llamaron Martin y Chiara.
Emma y Rebeca les obligaron a ir al décimo cumpleaños de Juanjo. Chiara y Martin se negaron rotundamente, preferían estar castigados una semana a tener que estar con Juanjo y por supuesto, también con Violeta.
— Van a ir. Y es nuestra última palabra. – dijo Rebeca.
— ¿Tanto les cuesta entender que no nos aguantamos? No podemos estar en el mismo lugar una hora sin pelear. – defendió Martin.
— Chiara o vas... o te confisco las guitarras. – dijo Emma. La ojiverde se llevó la mano al pecho indignada, eso no era justo.
— Martin, vas o te dejo de pagar las clases de baile. – dijo Rebeca. Martin imitó el gesto de su amiga con dolor.
Aquel día Chiara y Martin subiendo enfadados a la habitación de la ojiverde. Les parecía injusto tener que perder su tiempo en una fiesta, que no disfrutarían, y con gente a la que odian.
Martin frustrado abrió la ventana para respirar aire fresco, pero un chillido le alarmó, guió su mirada hasta el jardín vecino.
Juanjo estaba corriendo por todo el jardín seguido de Violeta.
— ¡Mátala Vio!
— ¿Dónde está? – gritó la chica.
— ¡No sé pero mátala! – Juanjo comenzó a trepar el árbol que tenían.
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Lost of my Life
FanfictionHistoria sobre los Kivimajos. Chiara, Martin, Juanjo y Violeta han sido vecinos desde que tienen conciencia, pero no han tenido una relación cordial, al contrario, se odiaban mutuamente. Chiara y Martin detestaban a Juanjo y Violeta Juanjo y Violet...