Lost of my Life

Capítulo 5: La cita

Pasó un año desde aquella última gran discusión, para mantener los lazos que siempre les había unido, terminaron aceptando con el pasar del tiempo la amistad del otro.

Pero no terminaba de ser del todo fácil. Chiara detestaba ir a casa de Martin y encontrarse con Violeta saliendo por la puerta, o tener que cambiar salidas porque Martin quedó con Violeta ese día.

Violeta odiaba lo mismo de parte de Juanjo, odiaba tener que ir a su casa y avisarle por la ventana que había llegado porque el chico estaba muy metido en sus sesiones de canto con Chiara.

Pero eran cosas que tenían que terminar aceptando. Violeta muchas veces se quedaba observando aquella ventana, y se ponía a pensar en su amistad con Juanjo. Quizás si la chica entendiese más de instrumentos como lo hacía Chiara, tuviera la alegría y la sonrisa que transmitía Chiara, aquellos ojos que hipnotizaban a cualquiera, quizás Juanjo pasaría menos tiempo con Chiara.

Si tuviera la risa tan hermosa, o la nariz arrugada al sonreír, su largo pelo negro, sus lunares de la cara...

Violeta se dio una hostia mental y volvió a la realidad. ¿Qué acaba de pasar? Pensó. No.

Chiara no tenía nada bonito, no tenía ojos preciosos ni risa hermosa. ¿Por qué pensó eso? Quizás simplemente era su subconsciente intentado encontrar motivos por los que Juanjo se había vuelto tan unido a Chiara, sí, era eso.

— Idiota. – murmuró Martin sentado en su porche viendo como Juanjo salía de casa de Chiara.

Martin pensó en lo que guapo que había ido Juanjo. ¿Por qué? ¿Acaso quería conquistar a Chiara? Porque una cosa era soportar que fuesen amigos y otra muy distinta que fuesen pareja, eso sí no lo iba a permitir bajo ninguna circunstancia.

Martin siguió con la mirada a Juanjo esperando que el chico entre a su casa para poder ir donde su mejor amiga. Juanjo notó que alguien le miraba, pero le sorprendió al ver que esa persona era Martin, levantó su puño hacia el chico del porche dejando ver su dedo del medio. Martin le miró con burla y le devolvió aquel gesto.

En cuanto Juanjo desapareció, Martin corrió a casa de Chiara, saludó a Emma y fue directo a la cama de la chica.

— Kiki te extrañé – Martin abrazó el cuerpo de Chiara en el colchón.

— Martin nos vimos hace tres horas.

— Eso es mucho para mi – Martin aumentó la fuerza del abrazo. — ¿Tú no me has extrañado? Vaya, has estado ocupada.

— Maaaartin. – Chiara le miró para evitar comentarios de ese estilo.

— Lo sé lo sé. – Martin rompió el abrazo y se sentó en la cama.

— ¿Bueno qué? ¿Hay chisme?

— Sí, pero no debería contártelo porque sería traicionar la confianza de Juanjo.

— Venga ya Kiki, nos contamos todo desde que  sabemos hablar. ¿Además a quien se lo voy a decir?

— ¿Violeta? – preguntó la chica como si la respuesta fuese obvia.

— Por dios, si Violeta lo debe saber ya, pero si te quedas tranquila prometo no decirle nada. – Martin levantó el meñique en señal para cerrar su pacto.

— De acuerdo. – Chiara aceptó el gesto. – Juanjo y yo tenemos una cita... – dijo emocionada.

— ¿QUÉ? – gritó Martin con la cara desencajada. – ¡No! ¡Me niego! Eso sí que no Chiara Oliver, no vas a salir con Juanjo.

— ¿Qué? – Chiara le miró dudosa. – ¡Martin no! No es entre nosotros. – Chiara comenzó a reír viendo la reacción del chico. – El con una chica de su grupo y yo con un chico... del nuestro. – murmuró Chiara.