Chiara y Violeta se habían citado el sábado por la mañana para trabajar en su proyecto de música. Violeta llegó temprano a la casa de Chiara, donde notó con nerviosismo que el piano estaba situado en la habitación de esta última. El ambiente estaba cargado de una tensión palpable, alimentada por la anticipación y los sentimientos latentes que ambas experimentaban.
Violeta se sentía abrumada por la nostalgia y la adoración que solía sentir por Chiara, sentimientos que resurgían en su interior con fuerza mientras se adentraba en el espacio íntimo de su enemiga. Sin embargo, estaba consciente de que tenía una novia, lo que añadía un matiz adicional de complicación a sus emociones. Por otro lado, Chiara también estaba nerviosa, pues había empezado a darse cuenta de que Violeta ejercía una atracción inesperada sobre ella. La tensión en el aire era palpable, mezclada con la promesa de una colaboración creativa que podría cambiar el rumbo de su relación para siempre.
— Bonita habitación. – dijo Violeta echándole un vistazo.
— No ha cambiado mucho desde que entraste a joderme las guitarras.
— Joder, no lo olvidas.
— Me costó un pastizal, bueno a mi madre.
— Pasado es pasado. – sonrió Violeta. – Bueno. ¿Por dónde empezamos?
— Busquemos primero una melodía – respondió con una sonrisa, deseando profundamente que este proyecto fortaleciera su incipiente conexión con Violeta.
Con determinación, se acercó al piano y comenzó a tocar algunas notas suaves, buscando una melodía que resonara con ellas. Mientras tanto, Violeta observaba con atención, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción ante la perspectiva de trabajar mano a mano con quien solía ser su rival. Después de unos momentos de exploración musical, Chiara finalmente encontró una secuencia de acordes que le pareció prometedora. Volviéndose hacia Violeta con una mirada esperanzada, dijo:
— ¿Qué te parece esto? ¿Podemos empezar por aquí?
— Claro, me parece precioso. Pero por qué mejor no vemos sobre qué vamos a escribir. – sugirió la pelirroja.
Chiara iba a empezar a hablar pero el sonido de una llamada entrante resonó por el móvil de Violeta. La chica se disculpó y salió un momento para atender, Chiara se fijó en el nombre de la llamada. "Nat" y un corazón al lado se reflejaba. La ojiverde rodó los ojos, tan difícil era que esa chica dejase en paz a Violeta un tiempecito o qué.
A los pocos minutos Violeta regresó, disculpándose nuevamente por el tema de la llamada, se acercó a la cama y de su bolso sacó su libreta, aquella libreta en la que solía escribir sus pensamientos.
— Tengo algunas letras aquí, creo. – Violeta abrió en una página al azar.
— ¿Puedo ver? – pidió permiso. Chiara sabía lo importante que era una libreta y la privacidad que esta almacenaba.
— Claro, pero no pases mucho las páginas por favor. – suplicó la pelirroja algo tímida.
Chiara se sumergió en el cuaderno de Violeta con una mezcla de curiosidad y nerviosismo. A medida que pasaba las páginas con cuidado, se encontró con un mundo íntimo y vulnerable, donde las palabras cobraban vida con una intensidad emocional que la dejaba sin aliento. La tinta en las páginas parecía capturar la esencia misma del amor, con letras que fluían con pasión y sinceridad, revelando los más profundos anhelos y deseos del corazón de Violeta.
Entre las líneas, Chiara descubrió una serie de poemas y confesiones, cada uno más conmovedor que el anterior, todos dirigidos a una persona desconocida hasta ahora. Al principio, un sentimiento de emoción la embargó, al percibir la belleza y la honestidad de los sentimientos de su compañera de proyecto. Sin embargo, a medida que continuaba leyendo, una sombra de incomodidad comenzó a nublar su mente. ¿Acaso Violeta estaba enamorada de verdad?
ESTÁS LEYENDO
Lost of my Life
FanfictionHistoria sobre los Kivimajos. Chiara, Martin, Juanjo y Violeta han sido vecinos desde que tienen conciencia, pero no han tenido una relación cordial, al contrario, se odiaban mutuamente. Chiara y Martin detestaban a Juanjo y Violeta Juanjo y Violet...