Después de que Violeta cancelara sus planes debido a una cita con su novia, Martin se encontró con un hueco inesperado en su agenda. Recordó que Chiara había mencionado en una conversación anterior que le gustaría hablar con él sobre algo importante. Viendo en esto una oportunidad para ponerse al día y tal vez ayudar a su amiga, Martin decidió aprovechar la tarde libre.
Propuso a Chiara encontrarse en un mirador que ambos conocían bien, un lugar tranquilo y pintoresco donde solían ir cuando necesitaban pensar o tener una conversación importante. El lugar ofrecía una vista impresionante de la ciudad, especialmente al atardecer, cuando el cielo se teñía de naranjas y rosas, creando un ambiente sereno y contemplativo.
Martin llegó al mirador unos minutos antes, disfrutando del aire fresco y la belleza del paisaje. Pronto, vio a Chiara acercarse con una sonrisa tímida en el rostro. Se saludaron con un abrazo y se sentaron en un banco de madera, justo en el borde del mirador, desde donde podían ver el horizonte.
Con el sol comenzando a ponerse, bañando todo con una luz dorada, Martin y Chiara se relajaron, listos para hablar. La tranquilidad del lugar y la belleza del momento parecían propiciar una conversación sincera y profunda. Martin sabía que Chiara no lo había llamado solo para ponerse al día, sino porque tenía algo significativo que compartir. Mientras miraban juntos la puesta de sol, Martin se preparó para escuchar, apoyando a Chiara en lo que fuera que tuviera en mente, deseando entender y estar allí para ella en ese momento crucial.
— ¿Qué te preocupa? – preguntó Martin.
— Creo que estoy empezando, bueno, no lo creo, lo sé. Estoy empezando a sentir algo por una chica. – confesó la ojiverde.
— ¿Qué chica? ¿Es por Índigo?
Cuando Chiara le confesó a Martin que estaba empezando a sentir algo por una chica, Martin inmediatamente pensó en Índigo. Índigo llevaba bastante tiempo mostrando un interés evidente en Chiara. Sus gestos sutiles, miradas prolongadas y palabras cargadas de cariño eran signos que Martin no había pasado por alto. Cada vez que estaban en grupo, Índigo parecía gravitar hacia Chiara, siempre encontrando una excusa para estar cerca de ella o para iniciar una conversación.
Martin recordaba las veces que Índigo había mencionado a Chiara en sus conversaciones, cómo se iluminaban sus ojos al hablar de ella. La devoción y admiración eran palpables. Índigo no había sido particularmente discreta en su afecto, y Martin, como amigo cercano de Chiara, había notado cada uno de esos momentos.
Así que, cuando Chiara, con cierto nerviosismo y timidez, le confesó que había comenzado a sentir algo por una chica, Martin no pudo evitar pensar en Índigo. La posibilidad de que los sentimientos de Índigo pudieran ser correspondidos por Chiara parecía la explicación más lógica. Martin comenzó a repasar mentalmente todas las interacciones recientes entre Chiara e Índigo, buscando señales de reciprocidad. ¿Había algo en la forma en que Chiara respondía a Índigo que él no había notado antes? ¿Podría ser que su amiga finalmente estuviera reconociendo esos sentimientos que, según Martin, Índigo había estado mostrando claramente?
Mientras Chiara hablaba, Martin se quedó en silencio, procesando la información. Aunque estaba contento por ella, también sentía curiosidad por saber más. ¿Era realmente Índigo la chica que Chiara mencionaba? La idea le parecía tan probable que casi no podía pensar en ninguna otra posibilidad. Sin embargo, sabía que debía esperar a que Chiara revelara más detalles, sin precipitarse en sus conclusiones.
— Es... – Chiara rascó su nuca con algo de nervios. – Es Violeta, Tin. La chica es Violeta.
Chiara sintió un alivio inmenso al confesarle a su mejor amigo que la chica por la que estaba empezando a sentir algo era Violeta. Desde su primera sesión de música para el trabajo, Chiara había encontrado en Violeta una conexión inesperada y profunda. Habían congeniado de una manera que nunca habría imaginado posible, especialmente después de tantos años de animosidad. La segunda sesión, aunque más corta, fue igual de intensa, consolidando esos nuevos sentimientos.
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Lost of my Life
FanfictionHistoria sobre los Kivimajos. Chiara, Martin, Juanjo y Violeta han sido vecinos desde que tienen conciencia, pero no han tenido una relación cordial, al contrario, se odiaban mutuamente. Chiara y Martin detestaban a Juanjo y Violeta Juanjo y Violet...