Capítulo 11: Anécdotas

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A la mañana siguiente, Martin, Violeta y Chiara se dirigieron al jardín de Juanjo. Con la frescura del día, sacaron sillas y una mesa para que Violeta y Chiara pudieran descansar cómodamente. Juanjo, con una mezcla de expectación y curiosidad, observaba los preparativos.

Chiara, con su energía habitual, comenzó a dirigir la sesión. Había sugerido unos ejercicios especiales para ayudar a Martin a conectar mejor con Juanjo, buscando que ambos encontraran una armonía tanto en sus voces como en su relación personal. Se sentaron alrededor de la mesa, creando un círculo de camaradería y enfoque.

Chiara empezó con ejercicios de respiración para relajarlos, permitiéndoles soltar cualquier tensión acumulada. Luego, pasaron a ejercicios vocales, con Martin y Juanjo enfrentándose y siguiendo las instrucciones de Chiara para sincronizar sus voces. Cada nota que emitían se iba ajustando poco a poco, resonando con mayor armonía.

Violeta observaba con atención, admirando la dedicación y esfuerzo de Martin y Juanjo. Aunque aún sentía el peso de sus propios dilemas personales, encontraba en aquella sesión un momento de paz y distracción. Se daba cuenta de cuánto habían cambiado las dinámicas entre ellos, cómo de enemigos habían pasado a colaboradores, unidos por un objetivo común.

Violeta los miró con una sonrisa llena de confianza y explicó el siguiente ejercicio.

— Bien, ahora quiero que se sienten uno frente al otro, se miren a los ojos y se digan lo que más les gusta del otro. No solo como compañeros, sino como personas. Este ejercicio ayudará a crear una conexión más profunda. — Explicó la pelirroja, Chiara la miró con una sonrisa, a veces olvidaba que el padre de Violeta era psicólogo y su hija había sacado su sabiduría.

Juanjo y Martin se acomodaron en sus sillas, enfrentándose. Al principio, se sentían un poco incómodos, pero siguieron la indicación de Violeta. Ambos se miraron fijamente a los ojos, tratando de ignorar la timidez que les invadía.

Martin fue el primero en hablar. Tomó una respiración profunda y, sin apartar la mirada de los ojos de Juanjo, comenzó.

— Lo que más me gusta de ti es tu determinación. Eres alguien que no se rinde fácilmente, y admiro eso. Además, aunque a veces hemos chocado, siempre has sido auténtico y no temes decir lo que piensas, aunque eso te deja como un poco sinvergüenza pero... esa honestidad es algo que admiro mucho.

Juanjo asintió, sintiendo el peso de las palabras de Martin. Hubo un momento de silencio antes de que él respondiera, sus ojos fijos en los de Martin.

— Lo que más me gusta de ti es tu pasión. Todo lo que haces, lo haces con todo tu corazón, y eso es algo que me inspira. También admiro tu creatividad, cómo siempre encuentras maneras de expresar tus ideas y emociones de formas únicas. Es algo que siempre he envidiado un poco.

Mientras se escuchaban, ambos comenzaron a sentirse más cómodos, las tensiones y viejas rencillas se disipaban. Las palabras sinceras que compartían creaban un puente de comprensión y respeto mutuo. La conexión que Violeta esperaba fomentar con este ejercicio empezaba a tomar forma.

Mientras tanto, Violeta y Chiara observaban desde un lado, con una mezcla de asombro y curiosidad. Ambas se dieron cuenta de que entre Martin y Juanjo había quizás algún sentimiento romántico de por medio. Los gestos, las miradas prolongadas y las palabras cargadas de emoción eran difíciles de ignorar.

Había una química palpable entre los chicos, una conexión que iba más allá de la amistad y que parecía estar floreciendo en algo más profundo. Violeta y Chiara se miraron, compartiendo un silencioso entendimiento de que algo significativo estaba ocurriendo ante sus ojos.

— Sígueme el rollo. – Susurró Violeta en la oreja de Chiara. La ojiverde no se esperó aquel gesto lo que provocó que se erizara y tragar saliva. — ¡De acuerdo chicos! – llamó su atención. — Llegó el momento de actuar.

Lost of my LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora