En Hogwarts, Snape se encontraba sumido en sus propios pensamientos sobre Ron. La fría y austera soledad de las mazmorras era el escenario perfecto para que sus recuerdos y emociones lo envolvieran.
Cada vez que Snape cerraba los ojos, podía ver la sonrisa de Ron, sentir el calor de sus labios y recordar la intensidad de sus momentos juntos. Recordaba cómo Ron lo había mirado con una mezcla de admiración y algo más profundo, algo que Snape no había visto en mucho tiempo, si es que alguna vez lo había visto.
Durante las largas noches solitarias, Snape se encontraba revisando mentalmente cada interacción que había tenido con Ron. Recordaba los momentos en la enfermería, las conversaciones en las que habían compartido más que palabras, los besos que habían sido tanto un consuelo como una promesa. Se daba cuenta de que, aunque había comenzado a proteger a Ron por un sentido de deber, sus sentimientos habían evolucionado hacia algo mucho más personal y significativo.
Snape no podía evitar preguntarse qué pensaría Ron ahora que estaba lejos de Hogwarts. ¿Lo estaría recordando también? ¿Sentiría lo mismo? Estas preguntas lo inquietaban, pero también lo llenaban de una esperanza que no se permitía sentir con frecuencia.
Mientras realizaba sus tareas diarias, Snape encontraba difícil concentrarse. su mente a menudo vagaba hacia Ron, recordando la manera en que el chico lo había mirado con una mezcla de confianza y curiosidad. En las reuniones con Dumbledore l, Snape se encontraba distraído, sus pensamientos siempre volviendo a esos momentos robados en la privacidad de la enfermería.
Una noche, mientras revisaba pociones en su oficina, Snape se permitió admitir lo que había estado evitando: había desarrollado sentimientos profundos por Ron. Era una realización inquietante pero innegablemente real. Sabía que su relación con Ron era complicada y que, en muchos sentidos, inapropiada, pero no podía negar la conexión que sentía.
Snape también reflexionó sobre el futuro. Sabía que tendría que ser cuidadoso, tanto por el bien de Ron como por su propia posición en Hogwarts. Pero también sabía que no podía ignorar lo que sentía. Decidió que, cuando Ron regresara, tendría que hablar con él. Necesitaban entender qué significaban estos sentimientos y cómo podrían manejar lo que les deparaba el futuro.
Mientras el fuego de la chimenea parpadeaba en las mazmorras, Snape se sintió invadido por una mezcla de ansiedad y esperanza. Por primera vez en mucho tiempo, permitía que la esperanza tuviera un lugar en su corazón, sabiendo que, aunque el camino sería difícil, los momentos compartidos con Ron habían despertado en él una capacidad de amar que había creído perdida.
Las vacaciones habían terminado y el regreso a Hogwarts estaba lleno de anticipación para muchos estudiantes. Ron, sin embargo, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo mientras se dirigía a su primera clase de Pociones del trimestre. Sus pensamientos estaban centrados en el inminente reencuentro con Snape.
Al entrar al aula de Pociones, Ron se sintió invadido por una oleada de familiaridad y tensión. Buscó a Harry y Hermione entre la multitud de estudiantes que se acomodaban en sus asientos. Pero antes de que pudiera saludarlos, su mirada fue atraída hacia el frente de la clase, donde Severus Snape estaba de pie, organizando frascos de ingredientes con su típica precisión meticulosa.
Los ojos de Snape se encontraron con los de Ron por un breve momento, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse. Había una chispa de reconocimiento y algo más profundo en la mirada de Snape, algo que solo Ron podía interpretar correctamente.
Silencio, hoy trabajaremos en una poción de curación avanzada. Espero que todos estén preparados y que no se repita los caos del año pasado.- dijo Snape con voz autoritaria.
La clase comenzó, y aunque Snape se movía con su usual destreza y control, Ron podía sentir la tensión en el aire. Cada vez que Snape pasaba cerca de su mesa, Ron notaba la sutil forma en que sus ojos se posaban sobre él, aunque fuera por un segundo más de lo necesario.
Harry y Hermione estaban concentrados en sus tareas, pero Ron apenas podía mantenerse enfocado. Recordaba las noches en la enfermería, las conversaciones y los besos compartidos. Sentía que Snape también estaba recordando esos momentos.
Cuando Snape se acercó a su mesa para inspeccionar su trabajo, Ron sintió que su corazón latía con fuerza. Snape se inclinó, revisando su poción con una expresión severa, aunque sus ojos delataban una preocupación y una ternura que otros no podrían percibir
Weasley, ve a mi despacho después de clases, hay algo que necesitamos hablar.- dijo Snape en voz baja, solo lo suficientemente fuerte para que Ron lo escuchara.
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Ron asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y anticipación. Sabía que esta conversación sería importante, y aunque no estaba seguro de lo que Snape tenía en mente, confiaba en que ambos encontrarían la manera de enfrentar lo que sentían.
La clase continuó sin incidentes mayores, pero Ron apenas podía concentrarse. Sus pensamientos estaban centrados en la próxima reunión con Snape. Cuando finalmente sonó la campana, recogió sus cosas rápidamente y se dirigió hacia el despacho de Snape.
Al llegar, tocó la puerta y esperó. "Entra," escuchó la voz profunda de Snape desde el interior. Ron abrió la puerta y entró, cerrándola tras de sí.
Snape estaba de pie junto a su escritorio, mirándolo con una mezcla de seriedad y algo más suave.
Ron - comenzó, su voz más baja y menos formal que en la clase. He estado pensando mucho durante estas vacaciones.
Yo tambien, no he dejado de pensar en usted Severus- respondió Ron, dando un paso adelante
Necesitamos hablar sobre lo que esto significa y cómo proceder- Snape se permitió una pequeña sonrisa antes de volver a ponerse serio.
Lo sé. Pero quiero que sepa que lo que siento por usted es real. Y estoy dispuesto a enfrentar lo que sea necesario- dijo Ron asintió, acercándose un poco más.
También lo que siento es real, Ron. Pero debemos ser cuidadosos. No solo por nosotros, sino por todos los demás- dijo Snape extendió una mano y tomó la de Ron, apretándola suavemente.
Lo entiendo, Pero no quiero dejar de intentarlo.- dijo Ron, apretando la mano de Snape
Entonces encontraremos la manera, juntos.- dijo Snape asintió, su mirada llena de una mezcla de determinación y afecto.
Mientras se quedaban allí, en la tranquilidad de la oficina de Snape, ambos sabían que el camino no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos. Y en ese momento, con las manos entrelazadas, comenzaron a planear su futuro, conscientes de los desafíos pero también llenos de esperanza.