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Al día siguiente, Ron fue dado de alta de la enfermería. Aunque aún sentía un ligero dolor en la pierna, estaba ansioso por reunirse con sus amigos y retomar su rutina normal. Al salir de la enfermería, se encontró con Harry y Hermione, quienes lo esperaban con sonrisas de alivio y entusiasmo.

¡Ron! ¡Qué bueno verte de nuevo!- exclamó Hermione, dándole un abrazo rápido.

Sí, te extrañamos en clase, amigo. Vamos al Gran Comedor, estoy muerto de hambre- Harry asintió, sonriendo

Los tres se dirigieron al Gran Comedor, conversando animadamente sobre los últimos eventos y las próximas clases. Al llegar, se sentaron en su respectiva mesa de Gryffindor, donde los otros estudiantes los recibieron con saludos y preguntas sobre la recuperación de Ron.

Mientras se acomodaba y servía un poco de comida, Ron miró alrededor del Gran Comedor. Al girar la cabeza, sus ojos se encontraron con la figura de Snape, sentado en la mesa de los profesores. El corazón de Ron comenzó a latir más rápido, una mezcla de nervios y algo más profundo. Snape, notando la mirada de Ron, levantó ligeramente una ceja, pero mantuvo su expresión imperturbable.

Sin embargo, Ron pudo ver el brillo en los ojos de Snape, una señal sutil de reconocimiento y conexión. A pesar de la distancia y las miradas curiosas de otros estudiantes, sintió una corriente de complicidad pasar entre ellos.

Ron, ¿estás bien? - preguntó Hermione, notando su distracción.

Sí, estoy bien. Solo... pensando en todo lo que ha pasado - Ron sonrió, apartando la mirada de Snape y volviendo su atención a sus amigos.

Entiendo. Ha sido un año loco, pero me alegra que estés de vuelta con nosotros.- Harry le dio una palmada en el hombro.

Mientras la conversación continuaba y el ambiente en el Gran Comedor se llenaba de risas y charlas, Ron se sentía más tranquilo. Aunque sabía que no podía mostrar abiertamente sus sentimientos por Snape, se sentía seguro sabiendo que había algo especial entre ellos, algo que les pertenecía solo a ellos dos.

Una semana después, las vacaciones de invierno estaban a punto de comenzar. Antes de irse, Ron decidió que necesitaba despedirse de Snape, aunque sabía que sería un encuentro breve y posiblemente incómodo. Había algo en su interior que le decía que debía hacerlo.

Se dirigió a las mazmorras, su corazón latiendo más rápido con cada paso. Cuando llegó a la puerta de la oficina de Snape, tomó una profunda respiración y tocó suavemente.

Adelante- se escuchó la voz fría y autoritaria de Snape desde el interior.

Ron empujó la puerta y entró, cerrándola detrás de él. Snape estaba sentado detrás de su escritorio, rodeado de frascos y pergaminos. Levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Weasley.

¿Weasley? ¿Qué haces aquí?- preguntó Snape, levantando una ceja en señal de sorpresa.

Profesor Snape, quería... quería despedirme antes de irme a casa por las vacaciones.- Ron tragó saliva y dio un paso adelante.

Snape lo observó en silencio por un momento, luego se levantó de su silla y caminó alrededor de su escritorio, acercándose a Ron

¿Despedirte?- repitió, su tono más suave de lo habitual.

Sí. Quería agradecerle por todo lo que hizo por mí... y por estar ahí- Ron asintió, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.

Snape lo miró con intensidad, sus ojos oscuros buscando los de Ron. Weasley... Ron- corrigió, permitiéndose una pequeña sonrisa. No hice más que cumplir con mi deber. Pero... aprecio que hayas venido.

Hubo un momento de silencio cargado de significado. Luego, Snape dio un paso más cerca, y sin decir una palabra, inclinó la cabeza y presionó sus labios contra los de Ron en un beso suave pero lleno de promesas.

Ron correspondió al beso, cerrando los ojos y permitiéndose disfrutar de ese momento único. Después de unos segundos, se separaron, aunque ninguno se alejó del todo.

 Después de unos segundos, se separaron, aunque ninguno se alejó del todo

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Cuídate, Ron- murmuró Snape, su voz apenas audible.

Tú también, Severus - respondió Ron con una sonrisa.

Con un último vistazo, Ron salió de la oficina, su corazón ligero y lleno de esperanza para el futuro. Sabía que las vacaciones le darían tiempo para reflexionar sobre lo que había sucedido, pero también sabía que lo que había entre él y Snape era real y valioso. Mientras caminaba hacia la salida del castillo, no podía evitar sonreír.

Una vez en casa, Ron se encontró sumergido en sus pensamientos acerca de sus sentimientos hacia Snape. La familiaridad de la Madriguera, con su calidez y bullicio, contrastaba con los recuerdos intensos de su tiempo en Hogwarts.

Por las noches, mientras los demás dormían, Ron se encontraba mirando al techo, recordando los momentos que había pasado con Snape. Sus pensamientos volvieron una y otra vez a las noches en la enfermería, las conversaciones en voz baja, los besos furtivos y cargados de significado.

Ron se daba cuenta de que sus sentimientos por Snape eran profundos y complicados. Había algo en la manera en que Snape lo trataba, una mezcla de protección y respeto, que lo hacía sentir especial. Snape no solo lo veía como un estudiante más, sino como alguien valioso y digno de su atención.

Recordó la intensidad de la mirada de Snape, la forma en que sus ojos parecían ver a través de él, entendiendo sus miedos y deseos sin necesidad de palabras. Recordó el toque de sus labios, que aunque fugaz, había dejado una marca indeleble en su corazón.

Durante los días, mientras ayudaba a su madre en la cocina o jugaba al Quidditch con sus hermanos, esos pensamientos seguían latentes, interrumpiendo su concentración y haciéndolo sonreír sin razón aparente. Sus hermanos lo notaron, haciéndole bromas sobre su distracción, pero Ron simplemente sonreía y dejaba que sus pensamientos vagaran de regreso a Snape.

Había algo en esos recuerdos que lo hacía sentir completo, como si finalmente hubiera encontrado algo que había estado buscando sin saberlo. Ron sabía que lo que sentía era más que un simple enamoramiento. Era una conexión real, forjada en momentos de vulnerabilidad y comprensión mutua.

A medida que pasaban los días, Ron se sintió cada vez más seguro de sus sentimientos. Decidió que, cuando regresara a Hogwarts, hablaría con Snape y trataría de entender mejor lo que ambos sentían y lo que el futuro podría depararles. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que valdría la pena. Los recuerdos de esos momentos juntos le daban la fuerza y la esperanza que necesitaba para enfrentar cualquier desafío que se presentara.

Mientras el crepitar del fuego llenaba la Madriguera, Ron se permitió soñar con el futuro y con la posibilidad de un amor que, aunque inesperado y complicado, era increíblemente real y valioso.

Continuara...

Me enamore de TI SnaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora