Después de varios minutos de conversación, la atmósfera en la oficina de Snape se volvió más íntima y cargada de emociones. Snape, normalmente reservado y controlado, se sintió vulnerable, pero también esperanzado. Finalmente, reunió el coraje para hacer la pregunta que había estado rondando en su mente.
Ron Te gustaría ser mi novio?- comenzó Snape, su voz apenas un susurro.
Ron sintió cómo su corazón se aceleraba y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.
Sí, Severus. Me encantaría- dijo Weasley Antes de que pudieran decir más, se inclinó hacia adelante y lo besó con ternura.
El beso fue suave al principio, una simple presión de labios que transmitía más de lo que las palabras podían expresar. Pero pronto se profundizó, convirtiéndose en una expresión de todo lo que ambos sentían pero no habían dicho.
Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, pero sus ojos brillaban con una mezcla de alegría y alivio. Habían dado el primer paso en un camino que sabían sería complicado, pero en ese momento, nada más importaba.
Snape acarició suavemente la mejilla de Ron, mirando al joven con una ternura que rara vez mostraba.
Tendremos que ser muy discretos- advirtió Snape, aunque la advertencia estaba matizada con una sonrisa.
Lo se, pero valdrá la pena- respondió Ron con una sonrisa
Pasaron los siguientes minutos hablando sobre cómo podrían mantener su relación en secreto, asegurándose de que nadie sospechara nada. Decidieron que, durante el día, su interacción tendría que ser estrictamente profesional, sin dejar entrever su vínculo personal.
Al despedirse, compartieron un último beso y un abrazo reconfortante. Ron se sintió más seguro de sus sentimientos y de lo que estaba por venir, y Snape, por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir una esperanza genuina para el futuro.
Cuando Ron salió de la oficina y se dirigió al gran comedor para reunirse con sus amigos, no pudo evitar sentirse más ligero, más feliz. Sabía que el camino no sería fácil, pero tener a Severus a su lado hacía que todo pareciera posible.
Por su parte, Snape se quedó en su oficina, permitiéndose un momento de reflexión. Sentía una calidez en su corazón que no había experimentado en años. Sabía que proteger a Ron y su relación sería un desafío, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para mantenerlo a salvo y feliz.
Con la determinación firme y el corazón lleno de esperanza, ambos estaban listos para enfrentar el nuevo año en Hogwarts, juntos.
Una semana después, Snape le manda una nota a su pareja para citarlo citó en una cabaña en el Bosque Prohibido para su primera cita juntos.
Ron, lleno de nervios y anticipación, caminó hacia el lugar indicado, siguiendo las instrucciones que Snape le había dado en una nota cuidadosamente doblada. El aire estaba fresco y la noche tranquila, proporcionando un ambiente perfecto para su encuentro secreto.
Al llegar a la cabaña, Ron se detuvo un momento para admirar el lugar. Era una pequeña estructura de madera, cálida y acogedora, iluminada por la suave luz de las velas que se filtraban por las ventanas. Tomó una respiración profunda antes de abrir la puerta.
Snape lo esperaba adentro, habiendo transformado la cabaña en un refugio íntimo. La mesa estaba puesta con una cena sencilla pero deliciosa, y un fuego crepitaba en la chimenea, llenando el espacio con una calidez reconfortante.