DIECIOCHO18

26 1 0
                                    

Ha llegado, el momento que tanto han esperado llegó. Según lo que tengo entendido, las chicas sí o sí hacen drama porque su amor prohibido se irá, desconozco el motivo exacto del por qué lo hacen. Yo lo quiero hacer, en serio sí, pero no me sale. Mi ser se niega a hacer drama llorón porque se van los chicos. Todo lo contrario a eso, estoy muy feliz de que puedan viajar y más por algo que les apasiona, sin duda las carreras es todo para ellos, ir a una en vivo uff, el sueño de cada fanático de Fórmula Uno.

Sus ojos brillan de ilusión.

Comparto de igual manera su felicidad, voy a extrañarlos, en especial a Timothy, pero madurar es saber que las personas nunca compartirán toda tu vida contigo. Timy se va una semana, apoyo su viaje,  por muy triste que esté.

Verlos con sus maletas en mano hace que parezca que se van a la guerra, nunca he tenido problemas a la hora de las despedidas y agradezco tener ese don o estaría llorando a moco tenido justo ahora. No podré llevarlos al aeropuerto, está demasiado lejos, por ello, estamos en la cafetería de Felipe, afuera.

Además, debo entregar mi regalo.

—Cuídate bien, te llamaré en horarios europeos así que no te molestes en contar las horas de ventaja— sugiere por cuarta vez  Timy con las manos en mis hombros.

—De acuerdo, mándame fotos, muchas fotos— señalo seria —Y algún recuerdo de allá para presumir después.

Chocamos los cinco.

—Leah, te amo por ser así— me abraza dejando un beso en mi frente.

—Bueno— interrumpe Charlie viendo al horizonte —Sí eso ha sido todo, vámonos ya. Un vuelo nos espera.

—Quiero hablar con Dalí— comento, él parece fastidiado por retenerlo a subir al auto que los llevará hasta su destino.

—Ash, por favor. Rápido, estoy ansioso por ver a las azafatas.

Tyler niega sin saber qué hacer ante la actitud del chico rubio.

—¿Pasa algo?— cuestiona Dalí llegando a mi lado. Su acento es más suave cuando parece preocupado, he notado que la tonalidad y la fuerza de éste, varía conforme al humor y estado del chico de ojos grises.

Veo su manzana de Adán y luego el lunar cerca de ésta, su piel pálida resalta bajo la luz brillante de los rayos del sol. Se ve tan tranquilo y despreocupado.

—Todo bien— alzo el pulgar —Recuerdo la temática que elegiste para tu cumpleaños pero, creo que no es necesaria. Tienes suficiente dinero en tus tarjetas— suelta una risita ronca —Toma, va a gustarte muchísimo— entrego la caja con cuadros blancos y negros.

Se saca las gafas de sol, y con mucho entusiasmo abre la caja entre sus manos, sus dedos ágiles  logran hacerlo en tiempo récord.  Al ver lo que hay dentro, uno de sus brazos libres me atrae a su cuerpo con fuerza. Sonrío victoriosa, le ha encantado. Por supuesto, fue mi intención desde el comienzo, por primera vez en mi vida, no siento náuseas ni mareos ante la satisfacción que provoca este momento pequeñito.

—Sé ven deliciosos, gracias.

—¿Aqué sí? Fue un diseño de Pinterest.

—Debí imaginarlo— habla sin borrar la sonrisa de su rostro, me deleito en ver esos hoyuelos —Ha sido el tercer mejor regalo que recibí hoy.

—¿Cuáles son los primeros?

—Gavi me ha dado cuerdas para mí RB19, Charlie una camisa con caras de ellos tres y de Toto Wolf, Russ el termo de  RedBull y Tyler un ramo de orquídeas.

Hice un puchero todo mal trecho. Esas cosas no me salen por tantas veces que lo intento, se ven horribles.

—Me siento ofendida.

El Arte De ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora