La protagonista de nuestro relato es Malena, una jovencita que tiene un hermoso cuerpo bien proporcionado en una altura no superior a un metro cincuenta y cinco. No tiene mucho pecho, pero lo tiene erguido y bien formado. Sus piernas son sensuales y torneadas y su culo respingón y con forma de melocotón.
En este momento se encuentra en el patio del colegio donde asiste a clase y está disfrutando de un descanso de media hora entre clase y clase, hablando con su amiga Violeta, cuando se acerca Nines, otra compañera de clase, que las dice:
Hemos quedado esta tarde después de clase en mi casa. Mis padres no van a estar y podemos aprovechar para recitar poesías. ¿Os apuntáis?
La sensación que siente Violeta no es precisamente de agrado, como lo refleja su rostro, aunque Malena se limita a sonreír ligeramente, pero Nines insiste, animándolas:
¡Venga, no seáis malas, que ya veréis qué bien nos lo pasamos!
Continuando:
Además no iréis a dejarme a solas con Ban en casa, que si se enteran mis padres me matan.
Se refiere a Esteban, un joven de un año mayor que ellas y que asiste a un colegio próximo. A veces se le ha visto con Nines paseando de la mano como si fueran novios.
Y se marcha, dándolo por hecho que van a ir.
Nos vemos a la salida.
Responde Malena, y Nines, levantando una mano, se da por enterada, haciendo que Violeta sorprendida, mire a Malena y exclame:
¿Qué dices? Pero si es un rollo y además va el aburrido del Esteban, que solo hace que mirarme las tetas y tocarme el culo.Por eso vamos a ir, por él. Y ya verás cómo nos reímos sin que te toque nada.
Malena sonríe. Recuerda que a ella también la ha mirado las tetas y la ha sobado el culo, mientras Nines no les vigilaba.
Además, pobrecito, su novia le tiene a dieta. Está desesperado por meter su pequeña salchicha en cualquier agujero de su novia, y ella, que es muy católica, siempre le ha parado en seco, indicándole que esas guarrerías solo se hace cuando estén casados y con la luz apagada.¿No irás a acostarte con él?¿Yoooo? ¡Ni lo sueñes!, pero nos vamos a divertir un poco.
Acaban las clases y las tres se encaminan hacia la casa de Nines, que no para de hablar muy animada, ante el silencio de las otras dos que solo asienten de vez en cuando.
Y ahí van las tres, frescas y jugosas, con el uniforme reglamentario del colegio compuesto por un polo blanco, faldita plisada escocesa de cuadros con rayas cruzadas rojas, blancas y negras, así como largos calcetines blancos y zapatos marrones sin cordones.
Nines es un poco más alta que Malena, pero más bien rechoncha y con un cuerpo no tan bien formado, mientras que Violeta algo más alta que las dos, llega al metro sesenta y cinco, y tiene unas caderas y un pecho bastante mayores que la media, un auténtico placer para cualquier salido que se precie.
Es Malena, sin embargo, la que lleva la faldita más corta, dejando al descubierto casi la totalidad de sus turgentes muslos ya que es la misma del año pasado y ha dado un estirón desde entonces, pero sus calcetines blancos bien que los lleva estirados, llegando casi a sus preciosas rodillas.
Nines va en medio, parloteando como siempre, y las dos amigas a su lado, casi sin escucharla, sumidas en sus pensamientos.
Violeta, que conoce a su amiga, no deja de observar lo sonriente que camina, y piensa recelosa:
¿Qué tramará esta Malena?
En la puerta del portal se encuentran con Ban que las espera.
En lo primero en lo que se fija Malena es en la fuerte erección que levanta la parte frontal del pantalón del joven, y piensa sonriendo: