TRES

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NARRADOR OMNISCIENTE

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NARRADOR OMNISCIENTE

— No sabes boluda, fue un sueño— Antonella se tiró en la cama tapándose la cara con sus manos—, el fin de semana que viene nos vamos a volver a ver, pero esta vez en su depto.

Valentina abrió la boca— ¿Posta te lo cogiste en el boliche? Impaciente que sos pibita.

— Y bueno, ¿Qué querías que haga? Aparte, fui con Enzo y tenía que volver con Enzo, no iba a dejarlo tirado, o bueno sí pero me daba paja ir hasta lo de Lisandro y después volver a casa— la morocha se quedó viendo sus zapatillas, pensando en el ayer, en cómo Lisandro la hacía sentir en el mismísimo cielo—, lo repetiría una y mil veces, te lo juro.

— Buee, ¿Tan bien te cogió el otro que ya estás así?— se metió Enzo, sus palabras hicieron que por algún motivo la morocha se sintiera avergonzada.

— Sí, por?¿Querés saber más?— estás palabras hacían que la sangre de Enzo hierva, no entendía el por qué estos celos repentinos.

— Na, que asco— respondió el morocho—, Valentina, ¿Podemos hablar?— Valentina asintió tímidamente, sabía lo que se le venía— que mierda nos está pasando?— esa pregunta dejó perpleja a la ojiazul, ella creía que iba a tener que escuchar un sermón del por qué esas actitudes con Enzo, las cuales la morocha sabía bien el porqué de ellas—, yo entiendo que no tuve las mejores actitudes con vos, ni que te estuve tratando de la mejor manera, que estuve saliendo mucho, y muchas otras cosas, pero vos también sos la que no habla nunca, a sí yo no puedo cambiar esas cosas que a vos te molestan..

— Muchas cosas me molestan Enzo, muchas, y te tendrías que dar cuenta, por qué te las hago saber, pero nunca haces nada. Estoy cansada de esas saliditas, y que según vos me seas fiel hasta el cansancio, ¿Pero sabes que? Yo ya no te creo, ni te quiero creer..

— Nunca te mentí al decirte que te era fiel, Valentina, vos sos la que desconfía de mí, porque yo confío en vos, y más de lo que crees, pero eso no lo valoras, desconfías de mí hasta cuando hablo con tu hermana, ¿En qué cabeza entra eso? Nunca te voy a ser infiel Valentina, deja de flashear— Enzo chasqueó su lengua y le dedicó una mirada a su novia, que ahora se le acumulaban lágrimas en sus ojos. Esto para sorpresa de Enzo, no le causó lástima, no le causó nada.

— ¡¿Yo flashear?! ¡Enzo sos vos el que está diciendo que desconfíe de mí hermana!¡En ningún momento te dije o te reclamé que estabas hablando mucho con ella! ¿O serás vos el que flashea eso por algo en especial?— esas palabras fueron un baldazo de agua para Enzo, En serio nunca le reclamó nada? El solito se estaba haciendo la cabeza con Antonella, cuando ella ni la hora le daba.

— No, por nada en especial, lo puse de ejemplo— se excusó rápidamente—, eso no era de lo que quería hablar igual, quiero que me digas en serio, ¿Qué es lo que te molesta de mí? Quiero cambiar y que estemos bien de una vez por todas.

— Vos sabes que pase lo que pase nunca vamos a poder estar bien del todo, y que nunca te voy a dejar de amar como la primera vez, pero espero que te des cuenta de lo que me molesta, porque yo no te lo voy a decir— Valentina se fue pegando un portazo en aquella habitación, Enzo ya cansado suspiro, que difícil que es entender a las mujeres, pensó.



PECADO      | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora