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PARA AMARTE A TI — KHEA, TIAGO PZK
❝ Soy, todo lo que me rompió
Se que el culpable fui yo
Por eso me odio, pero es más que odio ❞
NARRADOR OMNISCIENTE
— No…no sé cómo decirte esto— Enzo miró sus manos. Estas temblaban sin parar. El nerviosismo que él sentía no podía cesar con nada—. Lo que le está pasando a Antonella e-es culpa…mía— dijo en un susurro. Valentina lo miró con sus cejas fruncidas.
— ¿Qué…?— logró formular la pelinegra.
Enzo suspiró con pesadez, ¿cómo le iba a explicar todo ahí? Sabiendo que Antonella estaba pasando por un momento muy duro.
— Sí. Ella y yo…
En ese momento escucharon unos pasos detrás de ellos. Ahí estaba Lisandro junto a Cristian. Los dos parecían muy agitados. Enzo suspiró para tranquilizarse un poco, ver ahí a Lisandro lo había vuelto a enojar de alguna manera, ya que de alguna manera también era su culpa que Antonella estuviera así.
— ¿Cómo está?— Cristian fue el primero en hablar, Lisandro solamente estaba viendo la situación con una no muy buena cara.
— Está dormida…— dijo Valentina. Aunque su voz sonaba algo apagada.
Cristian asintió un poco, sintiéndose algo mal, Antonella era su mejor amiga.
Lisandro ya estaba cansado, Enzo se estaba haciendo el “pobrecito” delante de todos, y el único que quedaba bien era él, pero no sería así por mucho tiempo.
— ¿Por qué no decís la verdad, Enzo?, ¿por qué no admitís que todo esto es por tu culpa?— soltó con furia.
Cristian se acercó a él— Lisandro, cerra el orto, no es el mejor momento ahora.
— No te metas Cristian— fulminó con la mirada al jugador del Chelsea, quien estaba rogando que Lisandro no dijera nada—. Valentina, ¿vos sabías todo lo que él te esconde?— la chica frunció su ceño, y luego dirigió sus ojos a Enzo, quien estaba mirando de mala manera a Lisandro.
— Lisandro por favor…— dijo Enzo en un susurro.
— ¡Por favor mis dos huevos! Vos sos y vas a ser siempre la misma mierda, no te bastó con traicionar a tu novia, que ya la hiciste mierda a Antonella. No te bastó con romper mi relación con ella por tus estúpidos celos y por no saber quedarte con una sola persona— Enzo ya estaba al borde del colapso, y Valentina estaba cada vez con los ojos más llenos de lágrimas—. O le decís vos, o le digo yo. Elegí, Enzo.
El morocho se giró hacía Valentina, ella lo miró con lágrimas cayendo por sus mejillas. Esa imagen rompía el corazón de Enzo, pero más lo rompía haber causado un lío tremendo, y quien lo estuviera pagando es Antonella.
