CORAZÓN — TULI
❝ Hoy, solo te pido déjame en paz
deja que otro ocupe su lugar
estás congelado, está frío para alguien
más ❞NARRADOR OMNISCIENTE
LAS HORAS pasaban, y ni siquiera una sola noticia de Antonella. Enzo estaba como loco, sin tan sola una noticia de su chica, no iba a poder estar aunque sea un rato tranquilo.
Sus manos temblaban, y su ritmo cardíaco no era el mejor.Cristian estaba a su lado, estaba igual que él, con el corazón en la mano, esperando por noticias de su mejor amiga.
La sala de espera parecía más fría con cada segundo que pasaba sin noticias. Enzo observaba a la gente pasar, los médicos, y enfermeras, pero ninguno se dirigía hacia ellos, y eso lo angustiaba aún más.
A su mente volvían las palabras de Valentina, su mirada llena de dolor y furia, y sabía que no había vuelta atrás. Pero en ese momento lo único que importaba era la salud y el bienestar de Antonella.— Si le pasa algo…no dudes en matarme, Cristian— dijo Enzo, con su voz quebrada y la vista pérdida en algún punto de la sala.
Cristian volteó su mirada hacía él, tratando de entender las palabras que recién habían salido de su boca.
Es verdad que el defensor estaba furioso con Enzo, no solo por todo lo que había causado, sino, también por haber dejado a Antonella como la culpable de todo.— No digas boludeces, Enzo. Es verda’ que vo’ fuiste el estupido que generó todo esto, pero tampoco pa’ tanto, culia'o— dijo Cristian, chasqueando su lengua.
— Es que soy el culpable de todo esto Cristian, no me puedo perdonar ni yo, imagínate si me va a perdonar ella— murmuró Enzo con su voz rota. Solamente pensar que Antonella no lo perdonaría, lo entristecía mucho más—. ¿Me prometes que vos vas a seguir al lado mío?
Cristian no contestó al instante, se quedó pensando algunos segundos. Sabía que, si decía que sí, probablemente Antonella se enojaría con él, y no era lo que él quería precisamente.
— Eh…— al instante sonó la puerta detrás de ellos, dejando ver a una enfermera con una sonrisa plasmada en su cara.
— Antonella despertó y está estable, puede pasar uno a verla— la cara de Enzo se transformó de un instante a otro. Ella estaba bien.
El jugador del Spurs dirigió su mirada a Enzo, haciéndole un gesto con su cabeza para que pasara a verla el primero. Enzo asintió con su cabeza y entró a la sala.
Enzo entró en la habitación con pasos inseguros, sintiendo cómo el peso de su culpa lo aplastaba por dentro. Ahí estaba Antonella, recostada en la cama, su rostro pálido y cansado. Aunque no estaba conectada a muchas máquinas, el ambiente estaba cargado de una tristeza y una tensión que lo sofocaban. Ella apenas levantó la vista cuando él entró, y en esos ojos que antes le ofrecían consuelo y amor, ahora solo veía una distancia fría, como si una barrera invisible los separara para siempre.
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PECADO | Enzo Fernández
FanfictionP| De mí te olvidas, de lo que te hice sentir no. ❞