DIEZ

4.3K 225 17
                                    

ANTONELLA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ANTONELLA

DESPERTÉ CON la mejor imagen que podría haber visto en la vida. Enzo dormido con la boca entreabierta, su brazo sobre mí cintura, y su pelo todo alborotado.

Desearía poder tenerlo así todas las mañanas, sin nadie que nos pudiera criticar, y sin obstáculos.

Los rayitos de luz entraban por la fina cortina de la habitación, pegándole en su cara, haciéndolo ver más tierno que nunca.

Me levanté con cuidado bajando las escaleras para ir a preparar el desayuno.

Estaba haciendo algo simple, tostadas con palta y huevo. Se que Enzo tiene que estar mejor que nunca para la Copa América.

Cuando estaba pisando la palta veo de reojo como baja Enzo con sus pelos despeinados y con cara de dormido.

— Me arruinaste la sorpresa— sonreí de lado. Él no dijo nada, se acercó a mí abrazándome por detrás y apoyando su mentón en mí hombro.

— Si queres vuelvo a dormir y hacemos como que no pasó nada— dijo con voz ronca, les puedo jugar que en ese momento mis piernas flaquearon.

— Na ya está, quédate ahora, ya termino— termine de pisar la palta y lleve todo a la mesa—. ¿Cómo dormiste?

— Si es con vos siempre duermo bien— sonrió y se sentó en la silla que estaba frente a mí— apart-

El timbre lo interrumpió. Me miró con el ceño fruncido.

— Esperas a alguien?— me preguntó yendo a la puerta.

— Yo no, vos?

— Tampoco— abrió la puerta encontrándose con Valentina y a Olivia tomando su mano—, qué haces acá?

— Vine a dejarte a Olivia. Te dije que pase lo que pase te iba a dejar verla— escuché desde mí asiento.

— ¿Vos me vas a dejar? Yo te tendría que dejar realmente.

Desde ahí no pude escuchar nada más, no estaba concentrada en eso, realmente no me importaba mucho.

— Olí, mí amor— la pequeña corrió hacia mí dándome un abrazo y un beso en la mejilla—. ¿Cómo estás bebe?

— Muy bien tía— dijo con una sonrisa, sentándose al lado mío—, ¿qué están comiendo con papi?

— Estamos comiendo tostadas, ¿querés? Te hago unas con formitas— mí sobrina asintió con una sonrisa—, bueno vamos acompáñame.

Fuimos a la cocina para preparar dos tostadas y cortarlas con un cortante especial con formita de estrella. Las metí a la tostadora y con Oli nos quedamos hablando de cómo la pasó con su mamá.

— ¿Por qué mamá y papá pelean mucho?— ¿Qué mierda le digo en esta situación? No voy a ser tan cruda, no podría, y menos con ella.

— Ehh— me quedé pensando unos segundos—, a veces los grandes se pelean porque no tienen los mismos pensamientos, o porque tienen ganas de pelear nada más. Pero tus papás se quieren mucho, y no van a dejarte solita, si?

PECADO      | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora