Capitulo 5

12 2 8
                                    

—¿Creíste que podías joderme, Vanessa? ¿Qué tu agente de mierda iba a poder contra mi?

Asustada niega.

—Siempre me caíste mal , algo me gritaba que no confiara en ti y al final resultaste ser una perra mártir. Sufriendo el desamor de Arthur al verlo casarse con alguien mas, que patética eres Vanessa. Si supieras todo lo que pase con tu amor de la vida, no habrías hecho toda tu mierda con D'Amico.

—Por favor, Nora.—tiembla de miedo y frio, por estar desnuda. Mi gente se tomo en serio lo de jugar con ella, esta golpeada, sus pechos marcados por mordidas y sus muslos están rojos, seguro su coño esta en carne viva.—, me equivoque, perdóname por favor.

—Me has estado causando problemas desde hace mucho tiempo, aunque entre todo eso agradezco que cambiaras las pastillas de mi insomnio por anticonceptivos, ni tu ni yo queríamos un hijo de una rata como Arthur. Solo de pensarlo me asquea.

—Jamás habría dejado que le dieras un hijo, lo amaba y tu eras muy joven. No podía permitir que lo ataras a ti con un hijo, eso eliminaba toda posibilidad de separación.—titubea un poco entre palabras para el temblor que muestra—, lo quería para mi.

—Y por eso te embarazaste—afirmo lo que sospeche cuando volví aquí—, ¿Qué habría cambiado si lo hubiera sabido?

—Te habría dejado—chasqueo mi lengua—, es la verdad, Nora.

—No habría cambiado nada, Vanessa. Estaría muerto como ahora, tu feto no habría logrado nada y sabes, te habría perdonado la vida por ese feto pero te esforzaste en convertirte en un problema. Uno que tengo que eliminar de raíz, sin importarme tu embarazo.

—¡No, Nora, por favor!—se sacude pero las cadenas la mantienen en su lugar— ¡perdona mi vida por favor! Me iré lejos, sacare a Frank de todo esto, solo... perdóname.

—Eso no me asegura nada, Vanessa. Soy compasiva con los arrepentidos de verdad y tu no estas siendo una de verdad.

Hago todo el movimiento para dejarla colgando boca abajo, sus piernas abiertas y aseguradas.

—¿Sabes como la inquisición mataba a las mujeres que creían embarazadas de algo maligno, diabólico?—niega—, no me sorprende tu ignorancia. Bueno, las cortaban a la mitad verticalmente—se vuelve a remover.—, la inquisición fue una dictadura maldita disfrazada de bendición, como yo.

—Por favor no, por favor. —se esta poniendo roja por toda la sangre que se acumula en su cerebro.

—Felicidades querida, serás limpiada de ese pecado llamado embarazo de un demonio, porque Vanessa. Arthur fue un demonio.

Le indico a mi guardaespaldas que encienda en toca discos que esta cerca pero no tanto como para mancharse de sangre. Obedece y las notas de Winter de Vivaldi llenan el silencio con olor a miedo.

Empiezo a cortar.

Los alaridos de Vanessa solo le dan el toque lúgubre a la sinfonía. La música clásica es arte para cualquier situación.

La sierra se atasca en alguna parte de su hueso pélvico pero presiono, sigue con su objetivo. Para cuando llega al centro de su pecho, Vanessa ya esta inmóvil, la termino de cortar y cada grillete de sus tobillos sostiene una mitad.

Entrego la sierra a mi guardaespaldas.

—Ya sabes que hacer, lo demás guárdalo bien para mi.

—Si señora.—toma la sierra y yo me quito la bata de plástico librándome de cualquier mancha. Aunque mis pies danzan felices bañados en sangre.

Cuando llego a la casa nadie me recibe, sombra y el personal ya deben de estar dormidos. Subo a la habitación de Emiliano y antes de abrir la puerta lo escucho hablando solo.

MounstroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora