Con su mirada en su guardarropa yacía Cameron, pensativo e indeciso al momento de escoger su ropa, no sentía que esa ropa fuera adecuada para la ocasión a la cual fue invitado.
‹No quiero verme humilde pero tampoco quiero aparentar algo que no soy, sé que el Adair y su familia es muy diferente a los adinerados que suelen existir, pero no puedo decir lo mismo de los otros invitados y de los hijos de esas personas.
Estoy seguro que de todos yo sere el único en no ser de la clase alta, porque del círculos de amigos de Adair y en el consejo estudiantil solo yo, no soy adinerado. De igual manera ellos no me ven por lo tengo sino por lo que soy.›
Cameron cerró las puertas de su guardarropa, procedió a bajar a la sala y hablar con su papá al respecto, que le diera una solución a su indeciso momento.
—Papá.
—Sí, cariño.—Deja de mirar al frente para ver a su hijo, sonriéndole cariñosamente.
Juliano disfruta de unas frituras mientras mira la televisión, este día es su descanso y ver su programa favorito es lo único que alivia el cansancio en su cuerpo obtenido toda la semana, en su cafetería.
.—¿Te preocupaba algo?
No me gusta verlo triste o dolido por su hermano, hasta muerto le causa daño a mi pequeño. Estuve arrepentido de haber permitido que mi esposo, le confesará sobre la muerte de su hermano, acusa de eso Cameron se puso muy mal y tocó llevarlo al hospital.
No quiero volverlo haber en ese estado, sentí que mi corazón se saldría de mi pecho. Tan ansioso estaba que le terminé por gritar a mi esposo, no quiera pero los nervios pudieron más que mi razonamiento.
—¿Te acuerdas de lo que te hablé hace unos días?—Padre no está, ¿dónde estará?
Él no quiero demostrarlo y mucho menos preocuparnos pero yo lo sé, él solo se está haciendo el fuerte como todos nosotros, sin embargo a mi padre es al que mas duro le ha pegado la muerte de mi hermano, le sigue causando mucha tristeza.
Tal vez si esas personas nos trajeran sus restos, está tristeza y agobio se reduciría a un 30% porque le estaríamos dando sepultura, un descanso, y no solo con sus restos esparcidos en ese sitio donde nadie puede acceder.
—Sí, no lo podría olvidar.
‹Quién diría que mi pequeño iría a un lugar tan elegante como lo es la familia Zat, sabia que el hijo mayor iba a ese colegio, solo no esperaba que Cameron se terminaría involucrado con él, siendo amigos.
¿Le gustarán los alfas a ese joven? Se dice que Adair Zat es un joven amable, gentil con las personas por igual sin mirar estatus social o subgénero. Un chico con el pensamiento de casarse por amor y para toda la vida, alguien muy mojigato por decirlo así.
A pesar de ser beta tiene lo suyo y seguramente es él quién heredera la empresa, tiene ese aire de ser un gran Ceo en un futuro. Como siempre mi Cameron siendo amigo de personas excepcionales.›
Juliano se sentía muy orgulloso de su hijo, no había día que no alardeara sobre su hijo, en la cafetería. Hasta tiene un gran marcó colgado en la pared, esos grandes ojos azules resaltan muy y son llamativos por lo que las personas suelen entrar solo por curiosidad.
—Verás, siento que mi ropa no es la adecuada. ¿Puedo ir al centro comercial?—Sugiere.—Sere lo más ahorrativo posible.
No podré darme el lujo de llevar un traje de marca, pero puedo comprar algo suficientemente bueno para verse caro, en el centro hay tiendas con ropa muy cómoda.
—No tienes ni por que preguntar.—Le entrega la tarjeta de crédito.—Puedes ir al centro comercial mas caro, gasta lo que quieras, cariño.—Besa la frente de su hijo.
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¿Amor, placer, o deber?
Ficção GeralACTUALIZACIONES TODOS LOS MARTES. Desde que empecé a entender las cosas, supe que había algo extraño en mí. Como una caja de pandora que no debería de abrir, tenía que mantenerla encerrada a toda costa. Sin embargo, no logré crear una cerradura inde...