Tan pronto Rei y su fiel guardaespaldas entró a la propiedad lo primero que hizo Rei fue, abrazar a su hijo, soltando su bastón que lo mantenía firme para que el brazo fuera mas cómodo, mas cálido. No podía estar mucho tiempo sin sostenerse del bastón pero no sentía que fuera incómodo, aunque así lo fuera porque la felicidad adormece cualquier dolor.
Su pequeño le había llamado papá algo que esperaba que sucedería en unos cuantos años, estaba preparado para esperar para siempre de ha de ser necesario pero fue sorprendido.
—¡Papá, tu bastón!—Se exalto.
Llamarlo de esa manera por segunda vez ya salió más natural, sintiendo un cosquilleo en mi corazón y como si mi cuerpo estuviera siendo inyectado con dosis de alegría una tan indescriptible.
Todavía no sé mucho de mi padre ni como termino con su pierna lastimada, tenemos muchas cosas por hablar, hacer. Pero de lo que si estoy seguro es su cariño por mí, están profundo y genuino que llega hacer abrumador... Él me quiere dar el trible de amor paterna y maternal.
—¿Estás bien?
—Estoy bien, todavía soy fuerte.—Sonríen tras escuchar la preocupación de su hijo.—Solo permiteme darte otro abrazo.—Agni solo asintió.
Jake procedió a recoger el bastón de su jefe y aunque tenía una expresión seria su mirada no podía mentir, esos ojos sonrían al igual que tienen un fuerte brillo. Estaba alegre por su jefe, agradecido con Rosalyn que haya dejado algo tan especial para Rei. Un motivo para seguir viviendo porque aunque Jake quisiera ser ese motivo, no se creía lo suficientemente digno y era consiente que el corazón de Rei nunca le pertenceria. Se había limitado y puesto una línea cual no trazar mucho antes de expresar lo que siente por su jefe.
—Hijo.—Besa la coronilla del contrario.—Mi hijo.—Dice casi entre lágrimas.
‹No esperaba ser llamado de esa manera un día como este, quién debería recibir sorpresas es mi hijo que está cumpliendo años y no yo. Sin embargo, escuche tan perfectamente ese "es mi papá" que no pude controlar mi alegría y solo me a balance a arrullarlo en mis brazos.› Contuvo sus lágrimas.
Hoy, era un día especial y aunque son de alegrías no podía llorar, tienen que sonreír, disfrutar de este día al máximo. Volverlo e inolvidable para su hijo.
—Feliz cumpleaños.—En su voz se percibe la alegría desbordante.—Muchas felicidades.
—Gracias.—Sin duda es el mejor cumpleaños, discreto e íntimo pero cargado de alegría y sin ser la sombra de nadie... Papá, este día también es...
Lo invadió la tristeza sin esperarlo al recordar que este día también murió su madre, pensando en cómo pudo olvidar tal hecho.
—Hoy, es solo es tu cumpleaños. El día en que naciste y viniste a conocer el mundo.—Sé lo que quiere decir.—El día en nació el regalo más valioso de tú madre y mío, iremos a visitarle otro día. Ella estará feliz de solo saber que por fin su pequeño está siendo feliz. ¿Sí?
—Sí.
‹Mi padre tiene razón no es momento de ponernos melancólicos, él más que nadie conoce así de bien a mi mamá. Si ella es esa clase de persona entonces es así...› Los pensamientos de Agni tomaron una pausa al percatarse de la extraña mirada en el silencio Jake mientras veía fijamente a su padre, descifrandola después de unos segundos porque era casi igual de como el señor Anatoly, mira a Sunny. Completamente enamorado.
Cuando Jake se percató y se encontró con los ojos marrones, se estremeciendose. Ya era demasiado tarde para ocultar lo que fue mostrado, hasta un hombre como Jake, serio y feroz podía sudar por el nerviosismo.

ESTÁS LEYENDO
¿Amor, placer, o deber?
General FictionACTUALIZACIONES TODOS LOS MARTES. Desde que empecé a entender las cosas, supe que había algo extraño en mí. Como una caja de pandora que no debería de abrir, tenía que mantenerla encerrada a toda costa. Sin embargo, no logré crear una cerradura inde...