Agni se quedó muy pensativo ante la sugerencia del señor Anatoly, eso fue muy sorpresivo. No sabía que responder, no creía que su habilidades fueran tan excepcionales es mas, él seguía creyendo que carece de mucho en todo los aspectos.
El adolescente alfa se seguía menospreciando, acaso; ¿no es de admirar su habilidad para disparar a largo y corto alcance sin fallar? Agni desde el momento en que llega a fijar un objetivo no falla, cuando el sostiene un arma en sus manos se vuelve una persona totalmente diferente, como lo que es. Un alfa, sin dudas y con un solo objetivo.
Es por eso que sus compañeros en la infantería pese a su miedo, se sentían seguros porque sabían que su capitán les estaría protegiendo la espalda.
—No es necesario que me des una respuesta en este mismo instante.—Le hizo saber Anatoly.
No le agrado ver a Agni tan ansioso, su propósito no era agobiarlo y mucho menos no quería martirizar al adolescente alfa. Tampoco era su intensión el ponerle una carga obligatoria.
—No quiero que digas "si" porque te sientes obligado, o porque quieras pagar nuestra hospitalidad de alguna forma. No.—Aclaró.—Tienes que darme una respuesta según lo que tú quieres, no te obligues.
—¿Lo que yo quiera?—Preguntó confundido.
Él me está preguntando mi opinión, no está tomando una decisión por su propia cuenta. Él es muy similar al joven maestro Adair, él también me hace saber que mi opinión cuenta. ¿Por qué mis padres no eran así?
—Sí.
—¿Tengo derecho a eso?
—¿Qué?
Anatoly hizo un mal lanzamiento al escuchar la pregunta de Agni, eso le disgusto mucho. Era como si Agni tenía que pedir permiso para decir lo que en verdad quería hacer.
—Es tu vida.—¿Qué le han hecho a este niño como para que pregunte eso? ¿Que clase de familia tenía? una no buena si lo enviaron a ese lugar.—El único que debe de contar son tus deseos, únicamente lo que tú decidas, no porque te sientas presionado o endeuda.
—¿Podré estudiar si aceptó?—Juega con sus manos.
Todavía estoy a tiempo para graduarme por lo menos de la secundaria, también puliendo mis habilidades para proteger al joven maestro Adair.
—¿También estaré junto al joven maestro Adair?—Esa última pregunta era la que mas importaba.
—Si, serás su guardaespaldas por lo tanto estarás pegado a él las 24/7—Anatoly arqueo una ceja al ver la pequeña sonrisa en los labios de Agni.
‹¿Qué cara podrán Adair si le dijera que vi sonreír a Agni antes que él? Ni me lo pregunto, estoy seguro que su rostro se distorsionaria para luego decirme; " agradece que eres mi padre porque sino fuera así, ahora mismo verías solo oscuridad" eso diría mi aterrador hijo.› Sonríe de solo imaginarlo. ‹Y pensar que todos piensan que es un adolescente de lo mas educado, que cuando sea mayor será todo un santurrón.›
—Me convertiré en su guardaespaldas, pero antes quiero saber que piensa él.—¿No se enojará?—Me gustaría ser yo, quién se lo comenté. ¿Puedo?
—Seguro.—Es obvio que se volverá loco, si es que no tiene ya el uniforme guardo en su clóset, esperando por este momento.—Vamos.—Sube al carrito de golf.—Ellos ya deberían de haber llegado.
—Si.—Subi al carrito.
‹Si voy asistir al colegio también tengo que explicarles todo, del porque me veía de esa manera cuando lo conocí por primera vez. ¿Debería ir a la infantería a prestarme y hacerles saber que no estoy muerto? ¿Pero y si me quieren llevar de vuelta?›
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¿Amor, placer, o deber?
Ficção GeralACTUALIZACIONES TODOS LOS MARTES. Desde que empecé a entender las cosas, supe que había algo extraño en mí. Como una caja de pandora que no debería de abrir, tenía que mantenerla encerrada a toda costa. Sin embargo, no logré crear una cerradura inde...