La bulliciosa música de pronto dejo dejó de sonar solamente para Agni, escuchar a su hermano nombrando su nombre basto para que su cuerpo se volviera extremadamente rígido y su alrededor sumamente silencio al punto en que su espalda parecía una cascada, por la sudoración.
A sus ojos todo pasaba en cámara lenta para segundos después percibir cómo el tiempo se detuvo, creyendo que le estaban dando una oportunidad de salir corriendo antes de que Cameron, termine de girarse y su mirada se encuentre con la de un perplejo y horrorizado Agni. Sin embargo, por mas que Agni quisiera salir corriendo no podía, sus piernas no querían seder a sus órdenes.
No respondían y si lo hacían sería solo para terminar desplomado en el suelo, algo que no quería porque eso sería arruinar la noche de Adair. Se supone que es su cumpleaños, un día especial.
Hay tanto caos en la mente de Agni que ni siquiera puede pensar bien, él solo cerró sus ojos mientras escuchaba los latidos de su corazón, jamás se habían escuchado tan alterados como lo están ahora al punto en que siente una agobiante presión que le corta el flujo de respiración, queriendo aflojar la corbata pero sus manos son un manojo de nervios, sin fuerza.
‹¡Es es Cameron! ¿Qué hace el aquí? ¿Es compañero del joven maestro Adair?...¡No quiero verlo o que me vea!...no quiero ir con mi familia! Sin embargo lo que mas me preocupa es arruinar la fiesta de mi joven maestro.
Que esas personas prestigiosas se burlen de él por mi culpa. Por traerle problemas, pueden llegar a usar mi comportamiento como una falla encontra él mas adelante, uno nunca sabe.› Agni no se percató de como su pecho subía y bajaba rápidamente a causa de su respiración agitada, su cuerpo le está enviando señales de que si no se calma entrará en hiperventilacion.
Pese a las advertencia que le enviaba su cuerpo, Agni no hizo caso o mas bien no pudo calmar su ansiedad de encontrarse con esos ojos azules. Eso fue mas bien un detonante para que él fuera transportado a los primeros días, infernales, en la infantería.
Se escuchan ruidos burlones por todo el lugar principalmente en las duchas, ahí habían uno chicos tres o cuatro años mayores que el chico que yacía en el suelo, temblado, abrazando su cuerpo pensando que de esa manera dejaría de sentir frío.
Ese chico tirado en el suelo era nada menos que Agni, esos chicos lo habían encerrado en la ducha que luego de unos horas, se pone demasiado fría y el agua también deja de ser calienta. Es por eso que les dieron órdenes estrictas de cuánto tiempo podían estar y la hora en que tenían que salir.
Agni al estar cuidando a los chicos de su grupo, (tres Omegas, dos masculinos, una femenina y tres betas femeninas) no se metió a bañar hasta que salieron porque los demás grupos, solian entrar a las duchas solo para mirarles sin ropa. Agni cómo el capitán tenía que cuidar a su grupo por lo que se quedaba a fuera en guardia.
Mas no se esperaba que uno de los grupos lo terminarán encerrado, los demás no pudieron hacer nada para impedirlo porque mandaron a alguien a decirles que el superior los estaba llamando, no podían evitar ir asi sintieran que es una mentira porque ya estaban sabedores lo cruel que podía ser ese superior. Por lo que Agni también les dijo a su grupo que fueran.
—Eso te paso por ser estúpido.—Con su pie presiona la cara de Agni. En sus ojos no se le puede ver vida como si tarde o temprano su corazón dejará de latir.
Ese chico de largos cabellos, rubios. Tiene un aspecto feroz y ojos rasgados cómo los de un zorro, parecía tener unos 16 años. De complexion atlética.
—Te advertimos que dejaras de meterte con nuestras presas.—Sigue presionado con su pie la cara de Agni.—¿Por qué sigues metiendo tu nariz donde nadie te ha llamado?—Desde el primer día que lo vi me irritó.
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¿Amor, placer, o deber?
General FictionACTUALIZACIONES TODOS LOS MARTES. Desde que empecé a entender las cosas, supe que había algo extraño en mí. Como una caja de pandora que no debería de abrir, tenía que mantenerla encerrada a toda costa. Sin embargo, no logré crear una cerradura inde...