Capítulo ocho

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Morgan

Tras un mes aquí sin querer ver a nadie, solo aceptando que entre una criada para traerme comida y sin darle importancia al ver mi nueva cola de color negro con destellos plateados como la luna; decido al fin que es hora de salir y explorar mi nuevo hogar.
Nunca creí en el karma pero ahora sí creo, asesiné al amor de mi vida, lo encerré durante años y sin libertad en un espejo. No poder resucitarlo y poder tener al fin mi final feliz con él debe de ser mi castigo por todo el mal hecho.
Paseo por todo el castillo sintiéndome muy ligera, no me había percatado de que al ser sirena puedo moverme aún más fluido por el agua y mi magia relacionada con el elemento agua es mucho más potente.
Decido entrar a la biblioteca y por suerte está vacía, todavía no me apetece mucho tener contacto social. Recorro todas las estanterías hasta que finalmente me decanto por un libro de ocultismo, de nada me sirve ya buscar lo de la resurrección ya que no se me permitirá salir de aquí y poner en marcha mi plan pero al menos mis habilidades mejorarán. Con todo este rollo de la universidad he descuidado mucho mis estudios mágicos, me gustaría llegar a ser o inclusive superar a mi abuela Helga.
Después de un buen rato leyendo decido que es hora de volver a mi habitación y comer, pero durante el camino me topo con Will. Él se alegra al verme pero yo no tanto, en el fondo me gusta que esté cerca porque me cae bien pero por otra parte no estoy del humor para relacionarme con él.

-¡Ey Morgan! -me saluda con emoción- hacía mucho que no te veía y temía que no te volviera a ver, ¿Cómo te encuentras?

-Bien, voy de camino a mi habitación, tengo hambre. -Nada más salir las palabras de mi boca me ruge el estómago, lo cual le provoca una carcajada.

-Ya veo, te puedo acompañar solo si te apetece claro está. -Me ofrece con las mejillas sonrojadas.

-Lo lamento Will, pero sigo sin estar con ánimos para charlar. -Me disculpo sintiéndome un poco culpable ya que es su padre quién tiene la culpa de mi desgana y él solo intenta animarme.

-¿Sabes algo? Me he dado cuenta conversando con mi padre que está coladito por tí. Puedes usar eso a tu favor para volver a la tierra, a mi madre le concedía muchos caprichos simplemente por estar enamorado de ella. Tal vez si lo enamoras más te conceda tu deseo. -Me sugiere fingiendo indiferencia y cierta alegría, pero noto que en el fondo siente algo de dolor y enfado. Son como celos.

-Perfecto, tengo un plan en mente. -Digo motivada por primera vez en mucho tiempo-. Muchas gracias Will, ¿Dónde crees que esté tu padre?

-Por la hora que es seguro que estará en su despacho, está justo al lado de la biblioteca.

Salgo corriendo hacia allá con una idea de lo que hacer en mente. Una vez estoy enfrente del despacho toco la puerta suavemente.

-Pasa -responde la voz grave del rey.

Entro y él se queda embobado viéndome, tras un rato fijándose en mis cambios tose sonoramente tapándose la boca y me contempla con su habitual tono serio.

-¿Puedo ayudarte en algo señorita Spencer?

-No se trata de ayuda lo que vengo a pedirte, y por favor dime Morgan. -Digo con mi mejor sonrisa seductora y añado-: A todo esto, aún no sé cuál es tu nombre majestad.

Él se queda sorprendido ya que no debe de estar acostumbrado a que le hablen tan informal.

-Mi nombre es Eirik, entonces si no es ayuda lo que vienes a pedirme qué es lo que vienes a pedirme Morgan. -Noto su disfrute al pronunciar mi nombre en sus labios.

-Quería invitarte a salir, me dijiste que mi abuela me mintió y tengo curiosidad de obtener más información. Y también me causas intriga Eirik, me gustaría conocerte mejor.

Me mira sorprendido por unos segundos y me responde:

-Estoy encantado de quedar contigo, podemos reunirnos dentro de cinco horas en el comedor.

-Perfecto -digo con una gran sonrisa y éle la devuelve.

Para la cita me visto con un top negro a juego con mi cola del cual sobresalen mucho mis pechos, me maquillo algo recargada para lo que es usual para mí y me pongo varias joyas. Una vez lista bajo al comedor donde me espera Eirik sentado en una mesa con dos copas de vino al lado de una botella y varios platos elaborados con diversos tipos de algas y otras plantas raras del mar.
Mi top tiene el efecto que quería y se queda embobado mirándolas. Me siento a su lado rozando mi cola con la suya.

-Estás preciosa Morgan, si ya como humana eras atractiva no te digo nada siendo sirena. -Me halaga con picardía.

-La verdad es que ser sirena tiene muchas cosas buenas pero echo de menos mi cuerpo humano. -Expreso con aflicción y noto como un ligero rastro de arrepentimiento en sus ojos.

-Te acostumbrarás, bueno, te voy a contar la verdad de tu abuela. Helga antes de quedar atrapada en la tierra por mí era una sirena y una bruja marina, en verdad todas las brujas tienen su origen en el mar ya que en el mar se encuentra el origen de la magia. Los reyes tritones a pesar de no ser brujos tenemos la obligación de controlar la magia y que esta no quiebre el equilibrio por eso Poseidón, el dios del mar nos otorgó a mi linaje real un tridente el cual Deirdre me robó con ayuda de las indicaciones de tu abuela justo unos días después de que comenzara la guerra. -Hace una pausa y continúa con cierto dolor en su rostro-. Yo amé mucho a tu abuela, nos gustaba explorar el mundo terrestre juntos pero cuando tuvimos relaciones en la tierra y quedó embarazada ella estaba planeando dominar a los terrestres y que tanto ella, nuestro hijo y yo dominaramos tanto el mar como la tierra. Mi deber no es solo proteger al mar sino a los terrestres de las posibles ambiciones colonizadoras de los seres del mar, por eso le quité sus poderes marinos dejándola muy limitada y la desterré. Y le provoqué un aborto con toda la pena de mi alma para evitar que pudiera usarlo para sus malvados planes.

Me lleva unos momentos asimilar todo lo que me ha contado pero tiene lógica lo que dice, por mucho que me duela reconocerlo siento que él no me está mintiendo y que por amor no vi las medias verdades que salían de la boca de mi abuela.

-Entonces ella junto al resto de brujas desertoras crearon la gema que puede destruir a los habitantes del mar, y trabaja con Deirdre para destruiros. Yo fui usada como carnaza para que yo sea la que sufra las consecuencias y no ella, quiso ver si yo era capaz de hacerlo sin tener que mancharse ella las manos. -Argumento dándole sentido a toda esta descabellada situación.

-Sí, y seguro que tenía pensado cuando obtuvieras la gema manipularte de alguna forma para que nos mataras a nosotros y a Will y no a Deirdre y sus secuaces.

-Es muy fuerte para mí asimilar toda esta información, Helga ha sido como una mejor amiga para mí más que una abuela. Pero se ve que me equivoqué con ella. -Reconozco con pesar y él me acaricia la mano con la suya.

-Es difícil asimilarlo pero al menos estás abierta a escuchar, me pareces una mujer muy inteligente. -Me halaga y guiñándome un ojo añade-: y además eres hermosa.

-Usted es también muy atractivo, yo diría hasta más que su hijo, al principio me tenía enamorada pero conforme más paso el tiempo aquí más me doy cuenta de sus errores. A pesar de tener más años que yo es muy infantil en ciertos aspectos, en cambio tú te ves más varonil y atractivo. -Inflo su ego haciendo que él se sienta en las nubes pero yo me siento mal, como si hablar mal de Will a sus espaldas fuera una traición. Pero debo de hacerlo si quiero tener una mínima oportunidad con mi gran amor Alastair.

-Me halagas bastante preciosa, bueno, cuéntame de tu vida. Quiero conocerte mejor. -Dice mirándome eclipsado.

Después de varias copas de vino y de horas de conversación y contoneos vuelvo a mi habitación, hemos quedado en vernos mañana. Está tan prendado de mí que si sigo tentandolo hasta que yo sea su mundo podría tener una oportunidad de volver a la tierra. Aunque cuando vuelva deberé pensar como entrar en casa sin que mi madre y sobretodo mi abuela se entere.

La amenaza bajo el mar (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora