Capítulo catorce

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Morgan

Will y yo seguimos abrazados, me siento tan rota por dentro. Si antes veía difícil conseguir devolver a Alastair a la vida, ahora lo veo tan imposible pero lo peor de todo es que no sé cómo vamos a salir de aquí o si conservaremos la vida. Will y yo no nos merecemos este destino, la mayoría de los aquí presentes si les deseo la muerte por su gilipollez tan abismal.
De repente la puerta se abre, me sorprendo al ver que son Anne y el amor de mi vida (transformado en tritón) los que entran. El brazalete que cubre mi muñeca me impide hacerle daño a esa perra. Me duele ver la mirada de odio que me dirige Alastair.

-¡Gina! -exclama Will asombrado-. ¿Qué haces en este sitio? ¿Y por qué no llevas esposas? -pregunta con bastante extrañeza pero los engranajes de su mente comienzan a funcionar y una ráfaga de entendimiento cruza su rostro.

-Ay Will, siempre has sido tan tonto e ingenuo. -Dice carcajeandose con una risa diabólica para luego añadir mirándome-. Tu noviecita me conoce muy bien. ¿No es verdad Morgan?

Will me mira muy extrañado y yo estoy con una ansiedad infernal. No quiero tener esta conversación con todos delante y peor aún por el hecho de que Will está delante. Me podrá mirar siquiera como antes cuando sepa lo que he hecho. Seguro que me verá como una pirada y querrá tenerme bien lejos, pensará que se me puede ir la pinza y matarlo a él también. Tierra trágame.
Al ver que no hablo, ella lo hace por mí:

-Yo soy Anne, Morgan y yo estudiemos en la misma universidad. Ella salía con Alastair, el chico que tengo justo al lado y al cual ella mató solo porque él me prefirió a mí...

-¡Jajaja! -interrumpen su relato las carcajadas de Rick y los demás se ríen más por lo bajo por miedo a recriminaciones-. El principito solo se enamora de mujeres malas. Si fuera su padre lo mataba.

Noto la rabia y las ganas de llorar en Will.

-Siguiendo con el relato -esa zorra capta nuestra atención de nuevo-. No sólo lo mato, encerró su alma en un espejo, y conservo su cuerpo y su corazón arrancado con químicos en el sótano. Con la esperanza de encontrar la forma de traerlo a la vida, años encerrado. Tu abuela como recompensa por mis servicios me dio lo que se necesitaba para revivirlo y aquí estamos juntos. Viviendo por todo lo alto nuestro amor.

Yo solo tengo la cabeza agachada, con un ataque de ansiedad horrible. Esto no puede estar pasando, he perdido al amor de mi vida para siempre pero hay algo que me duele aún más y no entiendo el porqué; se trata de Will, debe de odiarme por lo que hice. Tampoco soporto los cuchicheos del resto.

-Y eso que he contado no es el único motivo por el que estamos aquí, tienes que venirte con nosotros Morgan. -Dice mi nombre con asco y malicia.

Me quedo congelada en el sitio, y los guardias mantarrayas me cargan con brusquedad. Estoy en un punto donde tampoco me resisto, siento que he perdido toda ilusión en esta vida. He desperdiciado mi vida al solo pensar en Alastair, un hombre que no estuvo jamás enamorado de mí como yo lo estuve de él. Una decisión tan estúpida de mi pasado ha destrozado por completo mi reputación ante el chico por el que empecé a enamorarme nada más conocerlo, solo que es ahora cuando me doy cuenta y ya no tendré posiblemente la oportunidad de decírselo. Sus miradas ahora me doy cuenta que eran de puro amor hacia mí y yo como la idiota que soy salí con su padre, el hombre que más daño le ha hecho. No merezco perdón.

-No puedo esperar a ver a esa perra muerta. -Expresa Alastair con emoción.

-Lo sé cariño, yo también.

Sabía que mi muerte estaba cerca de llegar, y aunque me da cierto temor también siento que me lo merezco.

La amenaza bajo el mar (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora