La amenaza bajo el mar (Borrador)

Capítulo dieciséis

Morgan

Deirdre me tiene sujeta por una cadena en el cuello mientras andamos hacia donde será mi final.

-No entiendo porque quieres sacrificarme. ¿Es por lo que le hice a Alastair? ¿Por estar de lado de tus enemigos?

Mis preguntas provocan que se ría a carcajadas.

-Que ingenua, te voy a sacrificar porque necesito beber de tu sangre. Eres una semidiosa, hija del dios de la muerte, Hades. Al beber de tu sangre podré matar yo misma a todos mis enemigos sin ninguna estúpida gema. Obviamente, no podía contárselo a tu abuela porque no iba a aceptar que te sacrificara, por eso, todo esto se planeó al margen de ella. -Explica con una sonrisa diabólica en el rostro.

Yo solamente me quedo helada y sin palabras, aunque al menos me consuela saber que mi abuela no es tan mala como para estar detrás de mi muerte. Y ya entiendo porque pude matar a Alastair. Pero, no voy a engañarme, no quiero morir. Aunque haya sido una perra asquerosa que mató a un inocente, aunque haya perdido toda oportunidad con Will, me aferro a la vida. Si tan solo ocurriera un milagro que lo cambie todo.
Llegamos a la sala donde será mi muerte, me tumba en una piedra con jeroglíficos extraños tallados, entran un montón de sirenas o tritones encapuchados.
Deirdre saca un cuchillo de obsidiana y una copa de un bolsillo de su capa, se coloca la capucha tapando su rostro y comienza a recitar un cántico en una lengua desconocida, todos los presentes imitan los mismos sonidos. La sensación que me recorre es espeluznante.
Cuando empuña su cuchillo apuntando en dirección a mi corazón es cuando más me asusto.
Pero de repente se escuchan gritos de horror, de dolor; veo cabezas devanadas de sus cuerpos y sangre por todas partes. Un ser de escamas azules le clava su espada laser al corazón de Deirdre cayendosele el cuchillo al suelo y cayendo ella sobre mi.
Lo que debe de ser un alien me la quita de encima y me aprisiona en sus brazos. Son tantos los nervios que siento que pierdo el conocimiento.