Capítulo 17

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Como tal estuvimos hasta tarde esperando que Zela despertará. Muchos habían salido y otros entrado, Sunny está dormida en los brazos de Aurora justo dentro de la playera. Tiene manías muy raras pero ahora sé que ama dormir así.

No sé si me molesta o le tengo celos a una niña pequeña.

Malec también se rindió y esta acostado en el piso mientras su cabeza descansa en las piernas de ella.

El bebé había abierto los ojos, son de color azul y sus pequeñas alitas son doradas con destellos rojizos. Algo me dice que tendrá poderes destructores.

Jacob decidió por fin cargarla en brazos. Porque si, es una niña. Una muy llorona.

Zela despertó un poco desorientada y cuando todo se arregló un poco yo tome a mi mate junto a la niña en brazos para ir a la habitación. Están profundamente dormidas.

Malec me sigue de cerca y una vez adentro no supe porque pero le puse una pijama mientras cabecea. Qué difícil es cambiar a un niño medio dormido.

Saque a Sunny de debajo de la playera de Aurora y le acosté en medio de la cama. Hice barrera de almohadas para que no se cayera.

Entre al baño a tomar una ducha rápida, necesito relajar un poco los músculos. Todo esto me tiene muy tenso, es demasiado.

Scarlet

Abrí los ojos con verdadero pesar, me frustra la idea de despertar, ¿está mal pedir tres días de descanso?

Revise y hay un pequeña luz que se filtra del baño, estoy en el lado izquierdo de la cama. Sunny y Malec están profundamente dormidos pegados a Jackson qué está del lado derecho.

La jara de agua en el buró no tiene líquido por lo que baje a la cocina por un poco. Todo está en penumbra y muy silencioso.

Encontré a Kermont sentado en un banco comiendo un sándwich iba a saludar cuando su mirada me recorrió se arriba abajo, no de una forma morbosa, más bien de curiosidad. Camine al refrigerador tratando de alejar mi cuerpo, tome el cartón de leche y cuando cerré la puerta este está muy cerca de mí.

—¿Pudo hacer una pregunta?—dijo y yo asentí aun con el corazón en la garganta—¿has visto detenidamente a Catlín?

—No entiendo tu preg...— dijo interrumpiendo.

—Sabes perfectamente a que me refiero—dijo. Su mirada está perfectamente en mi rostro. Tal vez escaneando con determinación cada una de mis facciones.

Asentí asustada.

Da un poco de miedo si se pone en ese modo. Sin predecir sus movimientos puso ambas manos a los costados del rostro. Cerré los ojos al sentí el pequeño golpe.

No dolió pero si estoy si estoy sorprendida por el repentino acercamiento.

—Muchas veces nos enfocamos en algo que no es tan importante y dejamos de lado lo que en verdad requiere atención. Es increíble— dijo.

—¿Sucede algo? — voltee y vi a Isobel en la puerta viéndonos atentamente. Observa como aprieta mi rostro entre sus enormes manos.

—Solo estamos platicando, nada importante-- dijo. Se alejó y en cuestión de segundo esta fuera.

Si es importante porque al parecer, no soy la única que se ha dado cuenta. Maldita sea, ¿y ahora que haré? Pero tiene razón, nadie ha prestado la suficiente atención.

—¿Te hizo algo? —se acercó y negué.

—Preguntaba por Catlín— conteste. Serví la leche en un vaso y de un trago la tome.

ScarletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora