Un día más paso, conocí de mejor manera a esas dos rubias. Según eso son la tercera y cuarta hijas de la reina por debajo de sus dos hermanas mayores. Son las primeras gemelas de la familia y sin duda me llamó demasiado la atención sobre ese acontecimiento de que siempre son dos.
Son un poco raras pero buenas personas hasta cierto punto. Giran mucho alrededor de Catlín y esta muestra más debilidad con Tamara, es más apego entre ellas.
Se molestan tanto que cansa y a la vez tengo envidia, jamás en mi vida tuve a alguien así. No confío en nadie y siempre estoy atenta. No siempre hay buenas personas en el mundo.
Esa es la vida que, desgraciadamente toco vivir.
Mi hija se ha hecho amiga de las pequeñas gemelitas, están encantadas las tres. Será un martirio cundo se vayan.
El día termino y solo espero que la noche también, deseo ver a Malec. Lo extraño mucho. Hoy no quise irme a dormir temprano, estoy en el patio sentada en una silla de descanso con Sunny dormida en el pecho.
Para este punto Catlín ya ha de estar buscándome en el cuarto sin éxito alguno.
Jugué un poco con esferas, mamá solía crearlas y durante años estudie y aprendí a manejarlas, ahora enseño a Malec. Siento la magia rebozar, estoy en el tope.
Tomé una decisión, no me dejaré. Esta vez sí daré pelea, estoy harta de perder lo que amo y en estos momentos deseo esto. Puedo tener una vida hermosa y los niños igual. Esta situación tiene que terminar.
Tenga que morir quien sea.
Sabrán quien soy realmente.
La noche esta hermosa, coloque una manta encima de mi hija para que no tuviese frío y estuve en ese camastro acostada viendo las estrellas.
Escuche la puerta abrirse, vi a Catlín ir por una silla y la puso al lado derecho pegada a la mía. Se acurrucó de lado y sin permiso tomo mi mano. Cerró los ojos y no dijo nada.
—¿Por qué últimamente no duermes en tu habitación, qué ganas con venir conmigo?—realmente estoy confundida. No logro comprender bien porque hace eso.
—¿Qué tiene de malo? —susurro, está quedándose dormida.
—Es raro. Empiezo a sospechar que eres rara y está loca—dije.
No respondió, de hecho sus respiraciones se volvieron profundas. Nos quedamos un buen rato así. No quise incomodarla quitando mi mano de la suya.
Escuche como la puerta volvió a abrirse y vi a las gemelas también tomar uno de esos camastro y ponerlo a los costados y frente. Tamara quedo en nuestros pies y por alguna razón estiró su brazo tomando un tobillo de Catlín. Amanda al lado izquierdo se aferró a una parte de la camisa que llevo.
Jamás había sentido tanta tensión como hoy y tan invadido mi espacio personal.
No pude moverme o ir al habitación, habían esparcido sus sombras en nosotras y decidí quedarme donde estoy. Dormite un poco pero siempre atenta a que mi hija no se cayera.
Casi por amanecer volví a escuchar la puerta abrirse. Voltee la cabeza y vi a Jackson viéndonos atentamente. Pedí que tomara a Sunny y cuando lo hizo se alejó rápido porque sus sombras comenzaron a matar el pasto de alrededor.
—¿Van a matarme? — pregunte un poco asustada. A mis costados están fuertemente sujetadas. Están empezando a asustarme.
—¿Cómo terminaste así? — dijo de lejos.
—Yo estaba a gusto viendo las estrellas cuando Catlín llego y de rato ellas. Desde ayer no me han dejado—dije viendo atentamente esas sombras. Vi a Sacc entrar en escena.

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Scarlet
FantasyUnas alas. El tesoro más valioso entre los reinos caminantes. Un reino próspero. Una nueva reina. Un poder único. Una belleza inalcanzable. Recuerda que los primeros, siempre son dos. Recuerda que todo está vinculado. No puedes huir del dest...